jueves, 26 de agosto de 2010

Tramas de la dominación


Fe de una Rata: en el artículo "Teratologías comparativas", léase Enero de 2007 el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas

Son días muy gratos estos que corren. De la comparecencia de los muchos actores incluidos en la trama del poder mediático narraré, en breve, la sumatoria de pormenores que hacen a la cuestión. Independientemente allá de eso, me siento inclinado a complejizar la cuestión más que a simplificarla. Las declaraciones de Jorge Lanata o de Nelson Castro para poner dos extremos (en apariencia) obedecen a minuciosos problemas de formación intelectual que admiten en ambos casos una profunda incomprensión de los movimientos populares y, en ello, su valoración de un fenómeno como el peronismo. La experiencia me ha dictado, no hace mucho, que la militancia de las personas nos habla un poco de la cifra de su honorabilidad y en algunos casos se comprueba que la valoración negativa del peronismo comporta un error de juicio en la mayoría de los casos.

Fatalmente esa negligencia suele cristalizarse, en ciertos casos, en posiciones aberrantes . Vale la pena en ese sentido notar la incidencia de una combinatoria entre el desconocimiento, la precaria formación intelectual y los intereses inconfesables de quienes se sienten compelidos a negar su verdadera identidad de clase. Y esta negación no es en absoluto y exclusivamente discursiva, es y, sobre todo, a través de la praxis y el gesto incluso el mas mínimo. No se entiende pues que los llamados peronistas federales (el calificativo disidente se adecua mas porque disiden del peronismo doctrinario y práctico) se hallen entremezclados con verdaderos antiperonistas, hasta confesos, imbuidos en una lógica neoliberal autodestructiva. Tampoco confío demasiado en los hasta hace poco progresistas como Luis Juez que hablan desde el resentimiento y si bien yo como ser de esta tierra no puedo declararme libre del error de denostar personas a veces por lo que he creído una falta hacia mí, no consiento mantener esa actitud y no la exaltó porque sospecho que es fuente de una infinita vergüenza. Otro tanto de esto aparece en Felipe Solá ahora cruzado de las corporaciones abogando por clausurar definitivamente la extensión de la memoria, una memoria cuyos reclamos no han sabido ser satisfechos aun y que de a poco, incorporando las responsabilidades civiles de la dictadura, parece encontrar su definitivo derrotero. Habría mucho para decir. La concentración mediática a las proporciones que registró la década de los noventa no tiene antecedentes lo que junto a la convergencia tecnológica inauguran nuevos estadios del desarrollo social. Las derivadas de este procesos inauguran sin duda nuevos factores de dominación* y este cambio vertiginoso consolidado en la Argentina con el neoliberalismo que permitió a Magnetto la conformación del Grupo Clarín (a expensas de Carlos Menem que después padeció sus efectos en una lucha de poderes que incluía la negociación y los movimientos ajedrecísticos) y por la apropiación de Papel Prensa en base a la coacción en la década del setenta, admite categorías nuevas que no han sido procesadas en la formación del sentido popular. Esta ceguera está comenzando a revertirse. Una democracia no es compatible con las corporaciones sobre todo en América Latina por fuerza del componente de casta y negrero de sus clases dominantes. Dicha conducta en la lógica corporativa se torna absolutamente bestial.

Hay nuevas categorías y nuevas encrucijadas que este período político han abierto definitivamente. Habrá que pensarlas minuciosamente. Habrá que valorar la fuerza de estos tiempos históricos.

* "No hace mucho tiempo que para adueñarse del poder político en un país era suficiente controlar el ejercito y la policía. Hoy solo en los países subdesarrollados los generales fascistas recurren todavía a los carros blindados para dar un golpe de estado. Basta que un país haya alcanzado cierto nivel de industrialización para que el panorama cambie por completo: hoy un país pertenece a quien controla los medios de comunicación...La comunicación se ha transformado en la industria pesada. Cuando el poder económico pasa de quienes tiene los medios de producción a quienes tienen los medios de información que puede controlar los medios de producción, hasta el problema de la alienación cambia de significado. (Umberto Eco. Para una guerrilla semiológica. La estrategia de la ilusión).


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