jueves, 26 de agosto de 2010

Tramas de la dominación


Fe de una Rata: en el artículo "Teratologías comparativas", léase Enero de 2007 el asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas

Son días muy gratos estos que corren. De la comparecencia de los muchos actores incluidos en la trama del poder mediático narraré, en breve, la sumatoria de pormenores que hacen a la cuestión. Independientemente allá de eso, me siento inclinado a complejizar la cuestión más que a simplificarla. Las declaraciones de Jorge Lanata o de Nelson Castro para poner dos extremos (en apariencia) obedecen a minuciosos problemas de formación intelectual que admiten en ambos casos una profunda incomprensión de los movimientos populares y, en ello, su valoración de un fenómeno como el peronismo. La experiencia me ha dictado, no hace mucho, que la militancia de las personas nos habla un poco de la cifra de su honorabilidad y en algunos casos se comprueba que la valoración negativa del peronismo comporta un error de juicio en la mayoría de los casos.

Fatalmente esa negligencia suele cristalizarse, en ciertos casos, en posiciones aberrantes . Vale la pena en ese sentido notar la incidencia de una combinatoria entre el desconocimiento, la precaria formación intelectual y los intereses inconfesables de quienes se sienten compelidos a negar su verdadera identidad de clase. Y esta negación no es en absoluto y exclusivamente discursiva, es y, sobre todo, a través de la praxis y el gesto incluso el mas mínimo. No se entiende pues que los llamados peronistas federales (el calificativo disidente se adecua mas porque disiden del peronismo doctrinario y práctico) se hallen entremezclados con verdaderos antiperonistas, hasta confesos, imbuidos en una lógica neoliberal autodestructiva. Tampoco confío demasiado en los hasta hace poco progresistas como Luis Juez que hablan desde el resentimiento y si bien yo como ser de esta tierra no puedo declararme libre del error de denostar personas a veces por lo que he creído una falta hacia mí, no consiento mantener esa actitud y no la exaltó porque sospecho que es fuente de una infinita vergüenza. Otro tanto de esto aparece en Felipe Solá ahora cruzado de las corporaciones abogando por clausurar definitivamente la extensión de la memoria, una memoria cuyos reclamos no han sabido ser satisfechos aun y que de a poco, incorporando las responsabilidades civiles de la dictadura, parece encontrar su definitivo derrotero. Habría mucho para decir. La concentración mediática a las proporciones que registró la década de los noventa no tiene antecedentes lo que junto a la convergencia tecnológica inauguran nuevos estadios del desarrollo social. Las derivadas de este procesos inauguran sin duda nuevos factores de dominación* y este cambio vertiginoso consolidado en la Argentina con el neoliberalismo que permitió a Magnetto la conformación del Grupo Clarín (a expensas de Carlos Menem que después padeció sus efectos en una lucha de poderes que incluía la negociación y los movimientos ajedrecísticos) y por la apropiación de Papel Prensa en base a la coacción en la década del setenta, admite categorías nuevas que no han sido procesadas en la formación del sentido popular. Esta ceguera está comenzando a revertirse. Una democracia no es compatible con las corporaciones sobre todo en América Latina por fuerza del componente de casta y negrero de sus clases dominantes. Dicha conducta en la lógica corporativa se torna absolutamente bestial.

Hay nuevas categorías y nuevas encrucijadas que este período político han abierto definitivamente. Habrá que pensarlas minuciosamente. Habrá que valorar la fuerza de estos tiempos históricos.

* "No hace mucho tiempo que para adueñarse del poder político en un país era suficiente controlar el ejercito y la policía. Hoy solo en los países subdesarrollados los generales fascistas recurren todavía a los carros blindados para dar un golpe de estado. Basta que un país haya alcanzado cierto nivel de industrialización para que el panorama cambie por completo: hoy un país pertenece a quien controla los medios de comunicación...La comunicación se ha transformado en la industria pesada. Cuando el poder económico pasa de quienes tiene los medios de producción a quienes tienen los medios de información que puede controlar los medios de producción, hasta el problema de la alienación cambia de significado. (Umberto Eco. Para una guerrilla semiológica. La estrategia de la ilusión).


lunes, 23 de agosto de 2010



¿Quién es el que habla...? Da la impresión que los canallas siempre se esconden, a la hora de afrontar lo que hacen se desentienden hasta de su tuétano


No me hago cargo de Menem, un carajo me hago cargo de Menem. Nunca fui menemista. Los menemistas estan con ustedes en el grupo A, volteen a los costados...

Tensiones


"Una lenta agilidad caracteriza la tonicidad del espiritu" Jorge Luis Borges


Las empresas de comunicación funcionan usufructuando una permanente tensión donde las respectivas reivindicaciones populares asumidas chocan con el insalvable límite que les impone el sistema tal como lo conocemos. En ese vaivén entre la posibilidad de la acumulación de capital, la suficiencia productiva y el espiral inversor se circunscriben los medios de comunicación tenidos en muchos casos como alternativos. Y esta contradicción, esta paradoja ipso facto, entre una identidad nacional y popular y la expectativa de la colocación de un producto en el mercado para generar una ganancia razonable queda cercada por las condiciones y los efectos de un sistema productivo que transversalmente atraviesa cada gesto social. De ello considero imprescindible, una cuestión de honestidad intelectual, traerla a la superficie de cada exposición para desengañar a cierta izquierda infantiloide y, por otro lado, conminando analizar un poco mejor esta disyuntiva.


Si somos precisos todos adolecemos de contradicciones, sobre todo en términos de praxis declarada y aun más en la gestión pública donde la cuestión filtra diversas y heterodoxas dimensiones. En el caso de las empresas de comunicación esto no es menos cierto. Para ser más claros, los embates de la comunicación oficial se dirigen hacia sectores de poder concentrado cuya impunidad se satisfacía en el cinismo de mostrarse (solapadamente, como incógnita detrás del apelativo CEO como Magnetto) o sugerirse sin ninguna clase de cuestionamiento. Cuando este poder, por un cambio coyuntural se desvanece, la capacidad de estos sectores entra en franco declive. Claro que no menos cierto es que para que se noten tan grotescamente los signos de esmerilo de esa hegemonía es necesario un cierto consenso social que bloquee la acción orientada hacia el terror clandestino y directo a la que los grupos, hoy unívocamente cuestionados, acudían casi de forma autómata cuando la dinámica social les resultaba incontrolable. Por ello es tan sencillo exponer la avidez golpista de Biolcati y su acuerdo ideológico con la dictadura pero no el desliz de Tiempo Argentino que refirió a la Barrick Gold en los términos del institucional de su sitio en internet y, de paso, redujo el impacto testimonial de los pobladores de las zonas donde opera la empresa. No obstante el director de Barcelona Pablo Marchetti hace un salto injustificado en 6,7,8 señalando que esa conducta es un clarinismo de diferente signo.


A prima facie la calificación es injusta; transcurrido algún tiempo se devela como un disparate sempiterno. La injusticia del comentario hace acordar a la reducción teórica de cierta centroizquierda prescindente (y cierta derecha) que insiste en subrayar que esta década no difiere de la de Carlos Saúl Menem. Huelga a esta altura recordar que el grupo Clarín tiene mas de doscientos medios mientras las empresas o grupos ligados a la comunicación oficial no llegan ni siquiera al cuarto, en muchos casos con diferencias editoriales ostensibles en cuanto a la taxonomía de los temas y variables en lo que refiere a la propiedad de esos medios, lo que escenifica la tremenda impertinencia de ese alegato. Sin embargo la contradicción sigue ahí, la tensión igual. ¿Por qué no la Barrick Gold y sí Biolcati y la Sociedad Rural? ¿Por qué no CNN, C5N, FOX y sí Clarín? ¿Por qué no el imperialismo norteamericano y el lobby israelí y sí las oligarquías locales poderosas y rastrearas, embriagadas por la bestialidad del verdugo impaciente por ejecutar el asesinato? Porque las cosas se hacen de a una por vez y con el auxilio de la suficiente legitimidad social acumulada por el talento persuasivo o el aplicado terror que genera pavor aun entre los conservadores. Y en esa tensión subyacente entre los negocios y las reivindicaciones populares hay una línea de fuerza, una tendencia que se sobrepone a la otra sin dejar de estar en permanente puja. Si esto no se entiende, será difícil creer que la consigna de Jauretche emparejemos después hablamos se cumpla en algún tramo de nuestra historia. Vuelvo a distinguir que las empresas de comunicación ligadas al kirchnerismo hacen negocios (legítimos, no como la expropiación de una masa accionaria por tortura y vejación en Papel Prensa) y también que esa comunicación extrae lo que le conviene en el momento, sea de Cristiano Ratazzi, Nelson Castro o Carlos Scudé (un poco para burlarse de sus francas piruetas ideológicas o discursiva).


Las cosas son más o menos así y negarlas a la manera de la izquierda pueril nos veda del ingenioso recurso empleado por la física que define Ortega y Gasset para convertirse en la ciencia expansiva y preponderante del siglo XIX. La naciente disciplina en lugar de saltar su sombra, sus imperfecciones, sus imposibilidades, las asumió y construyó su ciencia en base a ellas para alcanzar un nuevo estadio. Desconocer el límite de las empresas de la comunicación ligadas al kirchnerismo por el hecho de estar inscriptas en el sistema de producción capitalista que prevalece en la sociedad humana desde un poco antes de su cristalización política en Francia, sería una necedad difícil de consignar en términos específicos. Además porque cualquier intento revisionista se encontraría con que los planteos de ciertos muchachos son absolutamente irrisorios y, mas terrible que la deshonestidad intelectual, es la sospecha de que nada les importa en verdad el destino de quienes ellos juran defender. Tema que por supuesto excede los propósitos de esa nota.


En la tensión entre la propia esencia popular y la necesidad de concretar negocios para sostener monetariamente la defensa comunicacional de esas convicciones prevalece un valor por encima de otro sin que se anule el contrario que en repetidas oportunidades resulta visiblemente antagónico. Cualquier otro planteo es falso o hipócrita. Los puristas lo son en virtud de que no se han expuesto nunca a esas paradojas que solo pueden derivar de la praxis. Por ello los alegatos condenatorios que buscan el máximo despoje, el vertiginoso abandono, la mágica confutación únicamente pueden plantearse en virtud de su prescindencia o en la perspectiva de la capacidad real de causar daño con el destino señalado de antemano de claudicar. Claro que cuando se pone a consideración los rasgos de esta anomalía, sus exponentes huyen de la objeción o con el chiste paupérrimo o con el agravio. Afortunadamente se ponen por fuera del proceso, salvo cuando alistan fuerzas con los golpistas tal como ha sucedido en el pasado en aras de un análisis político de escasa mira y alto grado de miserabilidad.


Que nadie se asuste de esta breve condescendencia con la Baring pero que se concientice y se prepare para lo que va a venir, porque todo movimiento o proceso o se trasciende o se muere, pero no se lo derrumba únicamente por deficiencias menores en su estructura.
La razón crítica tampoco está íntegramente construida por Tiempo Argentino que contrariamente a sus objetores ha colaborado pedagógicamente en la lectura analítica de los principales diarios hegemónicos. Así que toda acusación de ejercicio tendencioso se difumina apenas uno ve el aporte de Tiempo Argentino para someter a juicio crítico su propia letra en molde. Y allí, en ese contexto, 6,7,8 no es ni por aproximación teórica presuntuosa el Después de Hora kirchnerista.


Finalmente el placer continuo e indolente de situarse por fuera de la praxis, de toda responsabilidad real, excepcional y no rutinaria, solo puede conducir a esa nada que, en definitiva, borra las noches y los días.

domingo, 22 de agosto de 2010

Teratologías comparativas (I)


P. A. CON LA COLABORACION INTERMITENTE, VEODA Y SOBERBIA DE ROESTAG


Agustín Rossi, diputado por el Frente para la Victoria, en la sesión en que se trataba el proyecto de ley para incrementar las jubilaciones al 82% móvil fustigó a los que lo querían hacer cargo de los zafarranchos menemistas. Esta asimilación entre uno de los períodos mas infaustos de nuestra historia nacional con estos tiempos no es novedosa y responde a innumerables razones. No quiero adelantarme a emitir un juicio porque lo considero inútil para exhortar la convicción de los que sostienen semejante opinión. También me impulsa el hecho para nada despreciable de que si la refutación no intercala datos precisos, la defensa de cualquier postura equivale a un sacerdocio y la enunciación de sus postulados a un acto involuntario de evangelización. Este claramente no es mi propósito. He vivido con intensidad esa década, la he padecido, pero independientemente de mi experiencia vital que no siempre se cruza con mi estimación de lo general de esos años, aprendí a apreciar lo propio y estremecedor de la hegemonía neoliberal. Me tomo el atrevimiento de analizarla en virtud de cada región de los fenómenos sociales con incidencia en la vida cotidiana. Este ejercicio, admito, es un esbozo. Alguien con mas capacidad y tesón que yo podrá tomar este punto de partida y continuarlo.


Economía.

Si tomamos la evolución de la balanza comercial, esto es la variación y diferencia entre las importaciones y exportaciones de mercancías realizadas por los agentes nacionales, notamos que durante la década de los noventa el saldo fue negativo con lo cual el monto de las importaciones de mercancías era mayor que el de las exportaciones y así los egresos superaban ampliamente a los ingresos. Esa tendencia tuvo su apogeo en el año 1994 con un saldo negativo de 4.139 millones de dólares, registrando su única excepción en el año 1995 con un saldo favorable de 2357 millones de dólares. Añadido a esto se presentaba la singularidad de que si bien el monto de las exportaciones se incrementaba teniendo en cuenta la variación desde 1992 a 1999, resultaba significativamente menor a la suba del valor por las importaciones. Tras la devualación y un poco antes la línea negativa de la diferencia cambia de signo y los ingresos se tornan mayores a los egresos con su punto máximo en 2002 tras el abandono de la convertibilidad elaborada por Domingo Cavallo y refrendado por el mismo Menem por el cual se vivía en una especie de alelada burbuja que tarde o temprano estallaría no derramando riqueza como sostenían los clérigos neoliberales sino excremento, miseria y degradación. Luego de ese valor máximo antedicho (2002) el ritmo de variación positivo se fue atemperando pero en márgenes razonables sin arribar a valores negativos.


En relación a las reservas internacionales, la cifra mas alta del periodo en que el ejecutivo lo ejercía Menem se registra en el año 1993 con 4250 millones de dólares y la disposición de datos marca un descenso a veces estremecedor del nivel de las mismas con un saldo negativo de 102 millones de dólares en 1995 pero un recuperación notable hacia el año siguiente en que las reservas se establecen en 3.382 millones. El cauce de variación de las reservas se mantiene estable hasta el año 2000 en que se verifica nuevamente un descenso abrupto llegando a 4.516 de saldo negativo. Valor que aumenta en los años posteriores revirtiendo la tendencia y de manera sostenida sube hasta el año 2005 habilitando el saldo mayor de reservas de todo el periodo desde 1992 con un total de 8.857 millones de dólares de reservas en el BCRA.

La deuda externa es otro índice trascendente en este análisis no pormenorizado. Tomemos como punto de partida Diciembre de 1994. El total de la deuda externa oscilaba los 87.524 millones de dólares y ascendería hasta llegar a su punto máximo en los entornos de la crisis del 2001 (diciembre) llegando a ser de 166.272 millones de dólares. Esta cifra se reduce hacia mismo mes del año siguiente recalando en los 156.748. mas allá de algún ascenso para diciembre de 2005 la deuda había disminuido hasta arribar a los 113.518 millones de dólares similar al nivel de diciembre de 1995 y con tendencia en baja.

Veamos pues los índices de pobreza e indigencia (punto crítico tan agitado por la oposición oportunista, sus sequitos y los sectores de la iglesia). Ciertamente los niveles de indigencia y pobreza se mantienen bajos durante la década de Menem. Tras la crisis del 2001 la crisis hace saltar esas cifras y los niveles de indigencia aumentan a ritmo vertiginoso llegando en mayo de 2003 (mes exacto en que asume Néstor Kirchner) a su estamento mas alto llegando el porcentaje en la línea de la indigencia al 25,2 % y en la línea de pobreza del 51, 7 % por persona mientras que el porcentaje por hogares registra un 16,3% en la línea de indigencia y un 39,4% en la línea de la pobreza. El estallido de la burbuja neoliberal sostenida por la convertibilidad menemista induce a la pauperización general heredada por el gobierno de Néstor Kirchner. De esto se desprende sin mayor dificultad la injusticia esencial de atribuir a Kirchner la pobreza y utilizarla como argumento político para denostar al gobierno sin tener mínimamente en cuenta los efectos de la política infame del Dr. Menem y la continuación doctrinaria de De la Rua para culminar en el estallido social de diciembre de 2001. Esto se nota mayormente en los niveles de indigencia donde la variación de menor a mayor es mas estable pero es claro que durante la década de los noventa los dos niveles si bien disminuyen en relación al período de Alfonsín no cesan en crecer desde octubre de 1991.

La desocupación es otra huella importante. Su pico máximo se alcanza en mayo de 2002. Apenas cinco meses después alcanza lo 3.406 millones de personas, cantidad que disminuye en los años siguientes llegando pero en forma decreciente, y no al revés como en los noventa, al nivel de octubre de 1994.*



Medios


En el contexto en que me ubico como persona este tramo tiene una raigambre emocional indeclinable. Aun así me remitiré a hechos concretos y contrastaciones simples y contundentes.

Durante la década de Menem fue asesinado el periodista Mario Bonino. Mario fue secuestrado el 11 de noviembre de 1993 luego de participar en la sede de la Asociación de trabajadores del Estado del seminario "El rol de la radio a las puertas del Tercer Milenio" cuando se aprestaba a realizar un recorrido entre diferentes medios de comunicación para entregar un comunicado de la UTPBA en el que se denunciaba atropellos contra periodistas del interior del país. Cuatro dia después su cuerpo fue hallado en el riachuelo. Su asesinato estuvo precedido por otro atentado : en la madrugada del domingo 14 tres personas irrumpieron en la sede de la obra social de la UTPBA y agredieron con golpes de hierro en la cabeza al sereno del lugar, Miguel Gavilán, quien fue internado de urgencia con conmoción cerebral. Esa misma noche se recibió una llamada anónima femenina diciendo que "lo que les paso anoche les puede volver a pasar". Las amenazas y agresiones (físicas no miedos psicológicos o intentos de victimización para salvaguardar privilegios como los que Morales Sola en una sesión especial del Senado de la Nacion denunció) a la prensa promovidas desde el gobierno de Carlos Menem y apañadas por él alcanzaba en ese momento a ¡mas de 700!

Luego de una incesante tarea de investigación se determinó que Mario Bonino había sido secuestrado y asesinado bajo el método conocido como muerte blanca ejecutado por una acción mafiosa que intenta no dejar rastros del crimen. El cuerpo de Mario fue arrojado sin vida a las aguas del riachuelo. La impunidad como es sabido sello los ecos de una verdad solapada.

En enero de 1996 otro periodista fue asesinado. José Luis Cabezas era fotógrafo de la Revista Noticias y uno de sus trabajos más descollantes fue la impresión en el sucesor del daguerrotipo la cara de unos de los hombres mas poderosos de la Argentina gobernada por Menem, Alfredo Yabrán. Las ulteriores investigaciones derivaron en la responsabilidad de Prellezo y Gregorio Ríos, custodio del empresario cuyo destino oficial siempre se vinculó al suicidio. Muerto Yabrán, presos Prellezo y Ríos el caso se diluyo en las complejidades de una trama irresuelta y parcial a los ojos del rigor que la gravedad de los hechos consignados requería. Las vinculaciones de la policía bonaerense y el nexo político con el gobernador bonaerense Eduardo Duhalde (fuertemente imputable en el trafico de drogas y en la conversión de la provincia de zona de transito a zona de producción con el remanente cocaínico de la pasta base pululando en el conurbano sin empacho) nunca quedaron resueltos aunque sobrevolase la quieta percepción de que tal contexto político construyo y consolido el grado impune del asesinato para dejar por fuera los detalles escabrosos de ese relato. Detalles que solo el discurrir y las noveles versiones cuyo impacto mitigara el tiempo permitirán cristalizarlos en la narración publica y publicada.

La sanción de la Ley de Emergencia Económica y Reforma del Estado inaugura, asimismo, una nueva perspectiva para analizar la incidencia del modelo neoliberal instaurado por Menem. El decálogo de Dromi y su corolario en la privatización de los canales que se sumaron a empresas propietarias de medios gráficos y radiales favorecieron la concentración mediática en dos o tres grupos empresarios. La unicidad de los criterios informativos y la conformación de los patrones culturales de la sociedad argentina se anudo al capricho de los intereses corporativos de esos grupos. Cualquier posibilidad real de interponer una voz discordante se entrevero con la imposibilidad lisa y llana. Casos abundan. Algunos recientemente conocidos como el de Liliana López Foresi por parte del Grupo liderado por Magneto. Otros permanecen en el silencio entre los que se cuentan el ahogo de toda actividad sindical lo que involucra ciertamente a individuos, hasta la prohibición imperante hoy en Clarín de conformar una comisión sindical interna, pasando por la cesantía de los periodistas Pablo Llonto y Claudio Díaz. El daño tremebundo de las políticas en materias de medios por parte del gobierno menemista incluye el intento de privatización encubierta que operó sobre Canal Siete, la única emisora en manos del estado durante toda la década. Primero con el levantamiento de la prohibición de televisar o difundir juegos de azar en el canal oficial, luego con la configuración bajo la direccion artística de Gerardo Sofovich de una programación vaciada y eminentemente orientada al rédito comercial con mínima inversión y sin soporte de contenido. Dicha catástrofe se prolongo hasta el gobierno de De la Rua época en la que el Grupo Sushi de indisimulables inquietudes culturales de elite ejecutó un leve intento de modificación de la lógica de Canal Siete sin mayor sustento por los avatares económicos y la caída del gobierno de la Alianza en Diciembre de 2001.

A finales de 1999 Canal Siete era un híbrido de muy poca monta entre las penurias de una emisora sostenida por los tributos fiscales en un país deficitario y un engendro privado moldeado en los cánones de la television estatal. Un verdadero monstruo solamente redimido por el tiempo y que recién hoy a partir de la politica mas que elogiosa de Tristan Bauer se erige como la promesa pionera de la digitalización hacia una TV de contenido federal, eminentemente calificada y con un desvelo ético y estético en la impronta de su programación cuya identidad se insinúa con una esplendidez inusitada y como un filo de promesas estatuidas a modos de punto de partida. Verdaderas vanguardias en el periodismo como 6,7,8 junto a producciones autóctonas como ciega a citas y foráneas ancladas en las producciones españolas representan con la proyección de films de estimable voluntad artística el resurgimiento de una televisión estatal devastada.

El dominio de las publicaciones graficas antes concentrado gracias a los acuerdos entre Menem y los propietarios de los grandes medios, añadido a la situación irregular de la adquisición de Papel Prensa S.A. suya directiva estableció un precio diferencial favorable para sus socios mayoritarios Clarín y Nacion siendo así juez y parte de la fijación del precio de un insumo tan básico como es el papel en la producción de un periódico consagro un modelo cultural basado en el paradigma neoliberal atrozmente individual, orientado al consumo y la desmovilización popular mediante la infravalorización de la democracia como forma de representación y el descrédito hacia las ideologías refugiando a los lectores en la descontextualización y la versión dominante de la historiografía argentina liberal. Dicho mecanismo exalta los conceptos de patria, republica y las máximas de los héroes del proceso revolucionario a través de frases anecdóticas y aforísticas como lo hiciera hace unos años clarín en sus publicaciones a manera de libro de bolsillo de San Martín, Manuel Belgrano, Mariano Moreno en donde la hondura del ser nacional y latinoamericano se reducía a unas cuantas frases generales que destacaban el sentido común y los lugares corrientes del pensamiento unidireccional. En ese sentido prevaleció una concepción suficientemente adoctrinada por la historia oficial de los secundarios aun no lobotomizados por la ley nacional de educación del menemismo. Como eludo el punto de educación por no contar con datos suficientes puedo afirmar en mi condición de alumno exonerado de las modificaciones introducidas por esa disposición legal y mi experiencia como instructor de jóvenes en materias de polimodal y el EGB que el experimento procedió a socavar el nivel educativo de los alumnos a partir de la reforma educativa. Arena de otra bolsa.

Por otra parte y como no podía ser de otra manera la proliferación de los grupos mediáticos asociados a gran cantidad de medios por lazos de propiedad privada facilitaron al igual que en otras ramas de la economía la estandarización y la precarización laboral mediante acciones orientadas a menoscabar la actividad sindical o a facilitar la inserción de pasantes en las redacciones, escasamente formados e integrantes de un ejercito de reserva dispuesto a cubrir unos pocos cargos resultado de la fusión de varias actividades en un solo trabajador. Uno cumplía ahora la tarea de lo que antes hacían varios. La innovación tecnológica magnifica esta tendencia. No obstante se produjo un quiebre muy parecido al generacional descrito por caro Figueroa en un articulo de la revista Todo es Historia. Allí el explicaba que el corte tajante entre la definición del periodismo profesión y el periodismo como oficio suponía un peligro para dos principios básicos de la educación: generar y transmitir valores, conocimientos, enseñanzas pero que además rompía con la solidaridad generacional. Tamaña ruptura conllevaba a la precarización y estandarización de la actividad. Sospecho que algo similar sucede cuando se rompen las relaciones no ya con los periodistas experimentados sino con los contemporáneos en el encuentro mutuo de voluntades producidas a través de la organización sindical como herramienta irremplazable en la lucha por mejoras de índole laboral frente a la patronal. Por añadidura el ejercito de miles de jóvenes estudiantes de comunicación social generó un mercado con muchos oferentes y escasa demanda con lo cual disminuye el precio del trabajo de los periodistas ejercitantes de una multiplicidad de tareas que ahorra varios puestos de contratación al empresariado. De todo este proceso emerge la precarización laboral, la concentración mediática en unos pocos grupos de propietarios, la construcción de parámetros sociales y culturales neoliberales destinados a coartar toda manifestación de organización política mediante la exaltación de un estado aséptico y consensual del proceso político, la naturalización de una voz unívoca sin cuestionamientos de clase ni profundizaciones conceptuales respecto a la profesión periodística, la ética y su relación con la concentración de medios.


En la actualidad ha surgido un nuevo tipo de amenaza de naturaleza espectral entre los periodistas. Tales individuos ejercen su actividad en empresas privadas, en algunos casos con una remuneración más que provechosa, pero emulando la afirmación de Marx en el Manifiesto Comunista "un fantasma recorre Europa" dicen sentirse amenazados, censurados, coercionados a opinar en forma favorable al gobierno nacional. Lo curioso es que ese sentimiento se enuncia e inmediatamente se opina en contra del ejecutivo nacional y se sigue opinando y se opinó de manera ininterrumpida desde que este gobierno quebrantó un valor sagrado (no se sabe cuál) por lo que se desató la necesidad irreprimible y apremiante de no permitirle continuar con su infamia (que no sabemos cuál es o sí, acaso, pero no la llamaríamos infamia precisamente). De esta forma lo tolerado mansamente a empresas privadas, es decir reservarse el derecho de contratar a quien mejor representa su manera de ver el mundo, y por tanto esa perspectiva se aplicará luego a su eficiencia práctica, es un pecado por parte de estado. Sacrilegio mayor si el estado decide discontinuar (sin molerlo a palos, sin amenazas, sin la represión física de los cuerpos) el contrato de aquellos trabajadores de prensa que no sostienen la idea oficial. No obstante si en una empresa del área privada, el trabajador no se pronuncia en favor de su politica empresarial y laboral de manera irrestricta, esta se encuentra en todo su derecho y deber de despedirlo pero el estado no. Curioso. Mas aun cuando los casos analizados revelan la infinita mala fe de los periodistas censurados por el espantoso autoritarismo gubernamental como Nelson Castro, Alfredo Leuco, Pepe Eliachev, por nombrar a los mas rutilantes. Nelson Castro publica libros como Enfermos de poder, su última obra, y trabaja en TN en el programa Juego Limpio y en Radio Mitre de 6 a 9 de la mañana en la tira Primera Mañana. Leuco escribe en el diario Perfil de Fontevecchia y acompaña a Fernando Bravo en el programa radial Bravo continental con editoriales furibundas hacia Kirchner. Eliachev se desempeña con Leuco en la misma emisión de Leuco Le doy mi palabra y en Perfil. Replico la objeción de Timmerman cuando Castro de lengua suelta le aseguró que estaba censurado ¿Pueden Leuco, Eliachev o Castro sin refugiarse en el mas absoluto disparate afirmar que fueron vedados? ¿Otros periodistas más modestos pueden culpar al gobierno por no pertenecer o ser expulsados del sistema de la prensa oficial cuando ellos no sostienen su misma idea de gobierno o de país? Y en caso de hacerlo porque desean inconscientemente seguir allí o incluirse ¿Son masoquistas? ¿O simplemente ser bicéfalos les permite aceptar en los privados lo que en el estado señalan como impropio? ¿Cuánto resentimiento puede destilar un infortunio por la escasa competencia profesional revelada en la función pública cuando se tuvo oportunidad de recalar en la prensa del sistema público y oficial? ¿Cuánta de esa mala entraña embota el juicio y la ética periodística?

De haber alegado este primer dato, lo escrito anteriormente no tendría sentido. La nueva Ley de Servicios Audiovisuales, una deuda hasta hace poco de la democracia, propende, sin más, a democratizar el acceso a la propiedad de los medios y a la posibilidad de comunicarse y comunicar. En este sentido la limitación de propiedad de medios por parte de una persona física, la regulación del área de influencia ejercida por los medios soslayando el potencial tecnológico que fomentaría la desigualdad, la repartición equitativa del espectro radiofónico entre los privados, los públicos y los comunitarios, el rescate de la cuota de difusión de la producción nacional, la eliminación de la publicidad no tradicional, la concepción de la comunicación como un derecho universal cuyo sujeto es la totalidad de la especie humana, el establecimiento de una autoridad reguladora compuesta por representantes de los sectores políticos elegidos en elecciones democráticas y la eliminación de la figura del interventor del COMFER que confería la autoridad a los miembros de las tres armas, abren una dimensión de alcances ilimitados en el ejercicio de la comunicación social, producto de la elaboración de innumerables entidades vinculadas a la disciplina desde el retorno de la democracia, pero cuyo impulso político solo provino del gobierno que supuestamente mas ha atentado contra la libre prensa.


Fuentes


-Anexo estadístico de la materia economía. Cátedra Jozami de la Universidad de Buenos Aires. Datos extraídos mayormente del INDEC cuando aun el monstruo K no la había despojado de los directores de área que vendían datos económicos a consultoras privadas y traficaban información para la especulación financiera. Los recelosos encontrarán entonces que la información consignada aquí fue elaborada por las antiguas autoridades del INDEC antes de la llegada de Kirchner a la presidencia.


-Revista La Fauna volumen X, número 62. Edición de diciembre de 2007.Citas textuales de la nota de la sección Purgatorio titulada "Se cumplen 14 años del asesinato del periodista Mario Bonino".


-Proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales elevado a la Cámara de Diputados de la Nación.


-21 puntos básicos para una radiodifusión democrática. Coalición por una Radiodifusión Democrática.


-"No hay democracia informativa sin democracia económica" Voces Múltiples del Primer Congreso Mundial de Comunicación. Buenos Aires, 2001. UTPBA.


- Me permito mencionar a un ignoto profesor cuyo nombre no recuerdo de la catedra de Jozami de economía en la UBA quien espantó mi disgusto por la disciplina hace un par de años, prefiguró mis actuales simpatías y me instó a confiar mas en mí

viernes, 20 de agosto de 2010

La Radio: “Ahora todas las voces en el aire”

Bajo ese lema, el Consejo de Medios Municipal busca homenajear los 90 años de la Radio con una Jornada de charlas. Participarán Héctor Larrea, Liliana López Foresi y Alejandro Apo, entre otros.

(Diario EL VIGÍA) - El próximo 25 de Agosto, el Consejo de Medios de la Municipalidad de Avellaneda, realizará una jornada homenaje denominada “90 años de la Radio - Ahora todas las voces en el aire”, al cumplirse nueve décadas de la primera trasmisión radial en la Argentina.

A partir de las 12 horas, el Centro Cultural “Hugo Caruso”, sito en Monseñor de Andrea al 400, recibirá a profesionales de la radio del orden local y nacional, conductores, cronistas y productores.

En el cierre de la jornada, estimado para las 19 horas, se homenajeará al reconocido locutor Héctor Larrea, quien ya confirmó su presencia.

Dentro del Móvil de Radio Municipal, escuelas y entidades del Partido, a lo largo de toda la tarde, emitirán programas de media hora.

A continuación de detalla el cronograma de actividades:

14hs. Radios de Avellaneda
“La radio en nuestro partido”, mesa con los responsables de las emisoras locales que contarán su experiencia y su historia.

15hs. Hacer Radio y radio de colección
Hacer Radio hoy, con Mario Portugal, locutor, periodista y docente

16hs. “La radio a través del tiempo”
-Charla y muestra de antiguos receptores de radio a cargo del Coleccionista de Avellaneda con Horacio Eusebi.
-El rol de la radio en la “Revolución Libertadora” con Enrique Arrosagaray.

18hs. Charla Taller: Radio Hoy y nueva Ley de Medios
Conductores, periodistas, movileros, productores hablan de radio, la radio en la historia política y social en la argentina.

Homenaje a Héctor Larrea
19hs. Cierre con invitados, autoridades y la presencia del Sr. Intendente, Ing. Jorge Ferraresi.

Periodistas invitados:
Marcelo Muchi, Crónica TV
Marcela Ojeda, Radio Continental /Radio Del Plata
Reinaldo Martínez, Radio Mitre/ Continental/ Colonia / Periodismo Deportivo en Radio
Luis Dell´Acqua, Radio Provincia /Continental

También se proyectarán videos con los protagonistas de la “Radio Hoy”, como Liliana López Foresi, Alejandro Apo, y Héctor Larrea.

Fuente: Diarioa El Vigía, Edición digital

Múltiplos de especies

El arquetipo de Tristan e Isolda inspiró el libro Amor y occidente de Denis de Rougemont. No obstante sus vertiginosas variantes en el análisis del amor-pasión derivaron, mucho mas tarde, en el Tratado de la pasión de Eugenio Trias. Ni uno, ni otro exhortan literaria y parcialemnte estos versos sino aquel memorable final de Ulrica.

No había espadas en el lecho
Pero si múltiplos
De especies
Enlazadas, en duelo
Cuatro ojos que uno se volvían
Y el pálpito de las sombras
Replicaba el estertor de la habitación
Uña con uña
Uña y carne
A la sazón esa humedad
Suavizando el azabache
La sombra
El recorrido
El planear lentamente
Aterrizando en los extremos
Después de saborear,
Después de catar.

No había espadas en el lecho
Solo el techo bajo
Que por primera vez
No oprimía
Y tu cara
En los espacios iracundos
Del cuarto,
Labios de arriba y abajo
Redescubriendo,
Cincelando,
A su empacho
La piel,
La boca
Sin el murmullo del espacio
Entre sombra y sombra.

No había espadas en el lecho
Sino espinas
Algunas que perduran en la piel,
La verbena hecha aliento,
Hecha cuerpo
Que abrasa la sed,
Los susurros,
El canto de una alondra pequeña
Alquimia,
Y cala profundo hasta los huesos
El infinito vaivén,
Cada cuerpo se desliza
En el otro,
Tiemblan,
Retozan,
Y se erosionan mutuamente,
Sin desgastarse,
Se rozan,
Se Hieren,
Por primera vez,
Exonerados de dolor.

No había espadas en el lecho
Sino escaleras polvorientas
Que antecedían
Ese final,
La fiebre
Que ni la brisa artificial
Puede mitigar
Susurros,
Tiniebla filtrando los enseres,
El resquicio,
Y la ilusión del pecado
Ligeramente cubierto y exculpado
Por esa tiniebla,
Por el eco,
Por los gemidos,
El andarivel del lecho
Cuesta abajo y ligeramente arriba

No había espadas en el lecho
Ni Tristan,
Ni Isolda
Solo acaso Procusto
Esperando,
Aguardando,
Para ante el mínimo desajuste
Mutilar el error
Y así despojarlo.

No había espadas en el lecho
Sino el brote de dos cuerpos
Embadurnados en sí
Que en la penumbra
Y el albur,
Retornan.

M.R.
Esto oíamos hace aproximadamente un año, presagiando lo que vendría casi dos meses después el 10 de octubre de 2009.




Hay que dar vuelta el tiempo como la taba el que no cambia todo no cambia nada...

jueves, 19 de agosto de 2010

La obstinación frente a la infamia





Rodolfo Walsh escribió en Operación Masacre que a los peronistas no había que facilitarles argumentos para persistir en su error. Visto a la luz de un día como hoy parece una humorada fallida. Yo, por ejemplo, ni en mi más ortodoxa fantasía aséptica podría considerar cada palabra pronunciada o escrita por mí como independiente u objetiva. Nunca lo he creído y pisando este rincón particular del universo, la sola insinuación de una preposición tan ridícula revelaría en el acto los intereses o subjetividades particularísimos adquiriendo furtiva presencia en mi voz o en la letra ocultados por inconfesables. Una dinámica muy particular la del cinismo. Se disfraza de lo que no es. Se regocija en la cobardía y se mantiene subrepticio. En la comunicación de posturas sostenidas por la conveniencia (como no puede ser de otra forma) las intenciones indignas se ocultan tras máscaras y paradojas, en una especie de vaivén discursivo que no se planta en la honestidad cuando se lo increpa y padece la ignominia de no hacerse responsable de sus actos. Eso obliga a cualquiera a persistir en un error en tanto sospecha la repugnancia ante tal estrategia.


Escuchando la compilación de los discursos en la Cámara de Diputados por la implementación del 82% móvil, ya sea fragmentado o completo, la racionalidad se resiente pese a la distancia propia que cualquier analista u observador interpone, porque ante la infamia uno no permanece impávido. Ello a su vez admite dos reacciones. Si se deprecia al infamante se le responde con toda las argucias demoledoras a disposición; si se lo aprecia o ama, también se replica pero siempre en la oscilación entre el orgullo y la capitulación, el patetismo y la dignidad. Este caso se torna entonces sencillo porque la posición asumida (y sus encarnaciones en sujetos vestidos y de a pie) tiende en un principio a reforzar el parcial carácter monolítico propio del convencimiento. Transcurridas unas horas y atento a un análisis mas sesudo, fingidamente distanciado, se advierten ciertas características inherentes a estas volteretas retóricas ¿Es posible creer que los gestores de la reducción desde la función pública del 13% a los haberes jubilatorios estén genuinamente preocupados por como dirían en el colmo de la bufonería nuestros viejitos? ¿Qué autoridad se arroga Pino Solanas con sus decadentes filtreos con la derecha conservadora, su cantaleta infantiloide propia de la izquierda mas retrógrada y corta de miras de nuestra historia? ¿Cuál es la excusa del menemismo federal arriados como bifrontes por Magnetto? Obviamente ninguno de ellos ignora que semejantes escarceos consolidan la perspectiva afín al kirchnerismo y convence a más de uno cuyo ánimo no sabía para donde disparar. Tampoco desconocen que estas estrategias apuntan a dos propósitos claros: el esmerilamiento del gobierno nacional y la gestión pública, dilatando debates verdaderamente trascendentes en cuanto a su potencial para transformar los patrones de acumulación del país y la experimentación de un método alternativo al golpismo cívico- militar: la coupe institucionale o golpe institucional unido a la operatoria de bandas en el conurbano y ahora en la Ciudad de Buenos Aires con el adecuado colaboracionismo mediático para acordonar en el terror a cierta clase media desprevenida. De mediar otra situación cuyo alcance se extendería desde el titular del poder ejecutivo, pasando por todo el gabinete de ministros y el parlamento, hoy el golpe institucional sería un hecho, tras la clausura operada sobre el ejército, tradicional brazo ejecutor de la clase dominante.


La sensación que queda para un modesto observador le imprime una huella en la memoria como nunca antes en estos veintiocho años. La ignominia mezclada con visos de canallería, hipocresía y cinismo de la mas baja estirpe solo habilitan a suponer la existencia de cuadros alternativos desde este mismo proyecto nacional y algún otro resabio de los emergentes de centroizquierda que siempre se me aparecen como construcciones volátiles, y recónditas en algunos casos. Ciertamente la historia con su perspicua justicia emitirá dictámenes muy severos respecto de los parlamentarios que discurso tras discurso defendieron la viabilidad del proyecto recayendo, por citar un ejemplo, en la comparación de Solanas acerca de la identidad de este proceso con los tiempos en que Menem ejercía el ejecutivo junto a otros que no eludieron tampoco el improperio mas absoluto.


No quiero abusar de los lugares comunes. Para ello ya se hacen recitales a sala llena en teatros. Yo diría que no hay que acordarse de vivir porque en definitiva el concepto de vivir así despojado equivaldría a prescindir del contexto en donde la conciencia, como fiel objetora, nos dicta la dignidad de nuestros actos. Hay que acordarse de los pasos dados, recuperando la capacidad de asignar su lugar a cada cual, tras dirimir con las evidencias, evitando en la medida en que sea posible ejercer la prescindencia en esta época gloriosa de nuestra latinoamérica y de nuestro país. Ello ayudará, con certeza, a recobrar la historia que nos negaron, la que nunca vivimos. Tal vez eso baste para empezar a vivirla.

Luis D'Elía: "Como dice el flaco Daniel Tognetti, he sido demonizado"


Como dice el flaco Daniel Tognetti he sido demonizado por decir que Duhalde es un narcotraficante.

Demonio por haber tomado tierras urbanas en toda la década de los ’90 generando una de las organizaciones sociales, la FTV, más descomunales de la clase obrera en el territorio.Demonio por enfrentar al millonario norteamericano Mr. Tompkins y decirle que él no tiene nada que hacer en el acuífero Guaraní en Corrientes y tirarle a la mierda los alambrados que tenía sobre la Ruta 6 en un claro gesto de soberanía política.Me demonizaron por decir que Clarín es una pistola en la cabeza de la democracia y la libertad del pueblo argentino.Demonio por haber defendido al pueblo palestino por la brutal y permanente agresión israelí, que posee el 5to. ejercito del mundo dotado de 200 bombas atómicas.


Por denunciar junto con Daniel Tognetti la corrupción en el PAMI de Nosiglia y Barrionuevo cuando tenia el programa .DOC.Demonizado por ponerme a la cabeza de la protesta social frente al asesinato de mi compañero y amigo Martín Cisneros, Coordinador del comedor comunitario de La Boca.Me demonizaron por decir que Irán no tiene nada que ver en el atentado AMIA – DAIA, donde quiero ver a los culpables pudriéndose en la cárcel, pero no quiero que sean ni la CIA ni el MOSSAD quienes me digan cuales son esos culpables.Demonio por representar a los desocupados, a los que Scalibrini Ortiz llamaría el subsuelo de la patria.Demonio por haber armado con Fidel Castro y con Hugo Chávez la movilización de la que participaron mas de 100.000 personas en Mar del Plata, diciéndole no al ALCA propuesto por Mr. Bush.Demonio por defender a Kirchner y Cristina que nos han regalado los mejores siete años de los últimos sesenta.Demonio para Cristina y para Néstor cuando les digo lo que pienso y a ellos no les gusta.

Mi oficio es romperles las pelotas a la cultura pequeño burguesa, sectaria y xenófoba. Esos pobres ignorantes que son tan brutos que asocian el ser al tener pero saben que? … El demonio sueña con que alguna vez los demonios gobernemos este país! Con talento y con coraje, el que le falta a los De Narváez, a los Macri, a los Reutemann, a todo ese modelo de político decadente que nos dejo la década de los ’90. Menos blanquitos neoliberales, conservadores, chotos y más negros y más América morena en la conducción de este país.Demonio por jamás callarme la boca con los que mandan y gritarles en la cara lo que ellos no quieren oír ni escuchar.¿Quienes somos los demonios? ¿Los que luchamos contra todas estas cosas o los gringos, los ingleses y los israelíes que quieren empujar al mundo a una Tercera Guerra Mundial? Que sepan las corporaciones de este país que entre los Ceibos está Don Quebracho madera del demonio.

Fuente: Blog Apto todo público http://www.aptotodopublico.com/

Cómo votaron los diputados que hoy reclaman el 82% movil, la reestatización del sistema previsional

https://docs.google.com/fileview?id=1zCAp2rqKaojfUC9sU-5TcyM8vxMx7tSlHM7O3h7pMZfV4GsBqn8XfyN-_UGB&hl=es

martes, 17 de agosto de 2010

Los años maravillosos

Una de las cosas que puedo celebrar en este blog es la libertad de escribir lo me place y reivindicar sin empacho. Por ello me tomo un recreo de mis inquietudes mediáticas, políticas, literarias e incluso astronomicas o musicales para rescatar brevemente del olvido una de las mejores (sino es la mejor) serie televisiva que pude atestiguar en mi vida. No es realista como ninguna elucubración ficcional puede serlo. No obstante los pormenores de su trama han sido de los mas nobles y su esplendida honestidad en cuanto a las inquietudes comunes de toda una generación, me ha conmovido enteramente durante algunos años (y aun hoy). Algunos de sus temas son tan perdurables como perduren los cánones culturales de nuestra sociedad occidental. Y ahi aparece esta interpretación, su perspectiva, con la maravilla que sugiere, con la estupenda lucidez, en la mirada clara del tiempo...






sábado, 14 de agosto de 2010

La paradoja irresuelta II

P.A.



Lyndon H LaRouche en capítulo de 10 del libro ¿Así que quieres aprender economía? titulado La inflación en breve sostiene: "Si el cáncer de la usura (y otros elementos del renglón de dispendio de los gastos generales) alcanza la fase en que su tajada del crecimiento del circulante crece mas rápidamente que otros sectores de la economía, la ampliación del circulante alimentara el dispendio mas que otras actividades de la economía. Por lo mismo los esfuerzos por estimular un ritmo de crecimiento rápido se correlacionan en esas condiciones a un alza en los índices de inflación.”


Para comprender mejor este párrafo es preciso recordar que LaRouche describe la usura financiera y la renta del suelo como un cáncer que cobra proporciones cada vez mayores en la sistema economico y absorbe porcentajes crecientes del ingreso monetario de la economía. El dinero circulante y los sustitutos del dinero (papel reclamable por dinero, pagos por créditos) van a parar a alguna parte y finalmente reclaman bienes tangibles o trabajo. El problema deviene cuando el dinero destinado a usura y al pago de renta del suelo se adosa a la economía total como un impuesto implícito que se agrega al costo de la producción total. No hay intercambio, se mete la mano en el recipiente sin dejar nada a cambio. Si bien según La Rouche ese dinero se presenta en algún momento para reclamar bienes y trabajo también es probable que recircule como base de mas usura, para pagar renta del suelo. Extrapolemos la esquematización de los ciclos argentinos en la economía confeccionada por Aldo Ferrer. ¿Alguien recuerda cual era el último ciclo del recorrido histórico económico de Ferrer? La hegemonía financiera. De ello Aldo destaca la preeminencia de la especulación financiera y la conducta rentística en detrimento de la producción real. Un simple ejercicio de asociación (quiero creer) vincula este estado con nuestra Argentina actual. Inserta en una legislación (de origen ilegítimo, promovida por la bestia de las tres armas) que facilita y promueve la especulación de las entidades financieras sin contrapeso productivo, sin contraprestación la afirmación de La Rouche ayuda a comprender porque aunque la correlación inflación crecimiento no sea intrínseca en las condiciones en que se aloja el sistema productivo actual en la Argentina contrariamente un ritmo alto de elevación de los índices de crecimiento dispara la inflación lo que de alguna manera se asocia a la psicología empresaria de l especulación y la desidia inversora.


En la omisión de este contexto opera la charlatanería política de los Fernández, de los Macri, de los de Narváez, del grupete. No hay posibilidad de impedir que los índices de precios suban si no se toman algunas medidas previas y casualmente no son las promovidas por los agoreros del consenso y el dialogo que solo agitan con gran mezquindad ideológica (porque Fernández se encargo de negar la ideología en su pequeña charada de Blois) lugares del sentido común o la mitad de los argumentos.


Las medidas necesarias para confutar el nivel inflacionario han sido propuestas en otros foros por otros actores políticos. Una por ejemplo la expuso Carlos Heller con su Ley de entidades financieras la cual orienta el sistema financiero hacia la premisa de servicio público promoviendo una importante masa crediticia del banco Central hacia la realización de actividades productivas. El resto de las medidas combinan el tiempo necesario para la profundización de este modelo y algunas peripecias legislativas como la reforma del sistema tributario, la imposición de un impuesto a la renta del suelo, el gravamen de la renta minera, financiera y demás propuestas enarboladas por una centroizquierda bastante sensata hasta el momento.


Cito la ultima parte de ese capítulo de LaRouche, un poco a manera de refutación de las charlatanerías de escaso alcance pero francamente orientadas a provocar daño y agudizar la confusión del ciudadano no expuesto al desarrollo no parcial de estas cuestiones. Dice laRouche

La manera de vérselas con la inflación es:


Promover un alto ritmo de progreso tecnológico en la producción creciente de los bines físicos.


Dejar que el aumento del circulante se canalice exclusivamente a préstamos a renglones de inversión adecuados.


Gravar la usura y otros dispendios de los gastos generales, que desaparezca.


Si bien analizaremos estos tres puntos con detalle ya se puede entrever el dilatado plazo temporal y la dificultad del primero más la filiación con ciertas astucias parlamentarias de la centroizquierda y el oficialismo de los dos últimos.

miércoles, 11 de agosto de 2010

El vaso medio vacio (o la paradoja irresuelta)




Ayer en el centro de Avellaneda se presentó quien fuera jefe de gabinete del actual ejecutivo, Alberto Fernández, para auspiciar la postulación a intendente de un benemérito ciudadano local. Ya sobre el final y después de asistir a una decena de exposiciones repetidas me aventuré a interpelarlo en mi calidad de ilustre desconocido para que el me contestara en calidad de... Alberto Fernández. En primer lugar por el ejercicio impune de la violencia simbólica a la que ya debiéramos acostumbrarnos pero que al pasar alimenta el sentido erróneo de los opositores enfervorizados por el apelativo descontextualizado y la confusión de alguien que, tal vez, recién ingresado en el orbe de las inquietudes políticas supone un rasgo verosímil en esa homologación. Fernández designó a los convencidos kirchneristas jacobinos. Y a primera vista pareciera desproporcionado pues los jacobinos constituyeron la facción mas radicalizada de la revolución francesa (en última instancia la postrera revolución burguesa en la que los jacobinos fracasaron y con ellos a su vez los ideales de la Ilustración) sometían a sus opositores a la guillotina no precisamente de manera metafórica sino a la cercenadora constante y sonante. Muchos jacobinos, Dantón y Robespierre para citar a los mas célebres, fueron luego guillotinados. Salvo en el ejercicio mas descaranado de la manipulación simbólica y la mentira, ese clima de violencia política no es aplicable a la militancia kirchnerista o a los gestos gubernamentales. La casualidad, incluso, viene a añadir algunos indicios sobre la mala intención de la mención del término jacobino asociado a Kirchner o la conducción política del actual gobierno. A Mariano Moreno, por ejemplo, también lo consideraron el jacobino de la Revolución de Mayo sencillamente porque quería extremar los objetivos revolucionarios con la constitución de un capitalismo nacional no dependiente. En ese propósito había sin dudas una voluntad de profundizar el rumbo revolucionario en virtud a una convicción no compartida por el conjunto de la clase dominante y por la timorata quietud de la sociedad criolla. Moreno murió envenenado y arrojado al mar envuelto en una bandera inglesa. En Fernández esta precaución del calificativo jacobino funciona de dos maneras complementarias entre sí. En primer lugar para foguear la imagen de autoritarismo construida por los medios hegemónicos y gran parte de la dirigencia opositora entreguista y condescendiente y aplicada a todo aquel capaz de la mínima renuncia a ejecutar por reflejo la pleitesía continua (no me aventuro a decir más porque con solo no reverenciar a los poderes tradicionales basta para la acusación). El otro usufructo que le da Fernández es el de legitimar sus posturas timoratas y el gusto a protagonismo insatisfecho que deja en el auditor atento. En ello se parece a Felipe Solá. Claro también en esa similitud Fernández queda a mitad de camino. No llega a ser tan hipócrita como Solá.




Otro ejemplo de su mala conceptualización proviene de la adjudicación de eficacia que dio ayer a este proceso político y al kirchnerismo en la consagración de un discurso único equivalente a la década menemista. Para la memoria leal esto no puede ser nunca cierto. He vivido, he retozado la década menemista y el grado de sofocamiento neoliberal interrumpía el transito de las ideas por no mencionar la supresion constante de todo debate. Este tiempo en cambio ha sido y es prolífico en debates incluso para afirmar que tanto debate satura el buen animo ciudadano (en criollo quehincha las bolas). No hay discurso único sino, en todo caso, una serie de decisiones políticas que apuntan en un sentido y se inscriben en el marco de un extraordinario cambio de época en la historia argentina y latinoamericana y cuya tendencia parece orientarse a la profundización de ese rumbo. Es en este tiempo donde el discurso de igualdad está en la escena pública cuando resulta posible proponer modelos diferentes de país y ninguna opinión se halla obturada (de otra forma no se dirían tantas barbaridades de manera impune). En los años noventa, en cambio, la política neoliberal se presumía como infranqueable, monolíticae inmersos en esa somnolencia pedestre contemplábamos las ruinas de lo que alguna vez supo ser.

El tercer punto del modesto intercambio con Fernández fue la inflación. El aseguró durante la charla o conferencia (a la par del economista Edmund Phelps premiado con el Nobel en 2006 y citado por La Nación) que no necesariamente la inflación se liga al crecimiento. Y esto probablemente sea cierto pese a que China ha registrado inflación y crecimiento sostenido en los últimos veinte años y que Brasil tampoco es la excepción. El sentido común indica, además ,que el aumento de los salarios se revelará superfluo por el creciente nivel de los precios. Todo ello confabula a favor de Fernández, confiado en apurar el discurso de un insignificante muchacho como yo. En aras de cierta defensa puede alegarse la teoría monetaria; ella sostiene que el incremento de la demanda si no es satisfecha por la oferta a raíz de una deficiencia en la inversión de los empresarios, redunda en un aumento de precios. Las expectativas de crecimiento por parte de los empresarios (este punto lo admitió Fernández con lo que demuestra su permanente contradicción discursiva) también provoca inflación. Sociológicamente esta tendencia psicológica se soluciona con la negociación entre sindicatos, empresarios y la intervención del estado. Por lo que en cualquiera de los dos casos, y aun mas advirtiendo la pésima justificación empresarial que cada vez que puede le echa la culpa del aumento de sus productos al aumento de los salarios en lugar de multiplicar su producción, el aumento de los precios obedece a una cuestión estrechamente vinculada a la cultura y la lógica empresaria en la argentina, no a defectos inherentes al ejecutivo nacional. Tendiendo en cuenta que esa cultura supone una transformación de décadas en la conciencia del sector, solo se puede apelar a una negociación tendiente a la presión por parte del ejecutivo para que los empresarios modifiquen esta conducta (prácticamente la función de Guillermo Moreno). Lo cual derivaría para Alberto Fernández en que el gobierno tiene actitudes jacobinas, autoritarias y dictatoriales; lo que finalmente renueva el círculo.


Uno advierte en el discurso de Alberto Fernadez ya no la veleidad sino una irrebatible zoncera donde la contradicción parece ser la rémora insensata de los transversalistas de la primera época de Kirchner cuando era necesario el transversalismo aplicado al contexto y en virtud de las características objetivas de Kirchner. No obstante hay un cause que muchos actores de la escena nacional no están dispuestos a seguir aun en detrimento de grandes mayorías de la población y de su propia clase. ¿Cómo hacer? Y en es punto Fernández se diluye. Prefiere atribuir a Kirchner una intransigencia casi congénita pero no ofrecer los métodos para lograr los objetivos de una mayor igualdad social y menos aun los pergaminos de haber participado en la profundización del modelo por parte de Cristina. Como muchos nostálgicos del transversalismo que integró entre otros al insípido Julio Cobos al gobierno nacional, su límite siempre ha sido la estabilización política tras la crisis de 2001 y el deseo de claudicar, sin agudizar contradicciones, ante los poderes que durante casi doscientos años han manejado los destinos de este país.

lunes, 9 de agosto de 2010

En el dial

Quien escribe a veces supremente irascible por cómo se establecen los criterios comunicacionales, la desvergüenza con que se manifiestan diversas posturas editoriales bajo el velo de la libertad de prensa, cuando avisora cierta justicia, cierta nobleza en el ejercicio periodistico debe dejar paso al elogio y no ahorrarse nada pues si se equivoca ya habrá ocasion de remendarlo. El mezquino nunca conoce ese placer del desengaño y aun cuando lo hace, solo es capaz de prodigarlo con cierta miserabilidad a los demas. No obstante el universo da buenas noticias. Y ahi pululan en ciertos espacios, desapercibidos por los que transitan las calles del corso, las calles principales. Cuando los notamos no nos queda mas que aplaudir y prohijar sus virtudes.




Tempus fugit: el cine y sus instantes




Les noces de papier 1989


Si consideráramos los cinco momentos del relato enunciados por Todorov, ubicaríamos un primer instante más próximo al desequilibrio (que al idilio siquiera aparente que suelen constituirse en las premisas sobre las cuales opera la transformación). En todo caso se me vienen a la memoria varios films románticos en donde los sucesos trabajan a partir de una materia inicial solventada por la insatisfacción y la anomia enmascarada que los factores disruptivos eslabonados a lo que se introduce como novedad en la trama dejan completamente al descubierto. También se me ocurre que las variantes desarrollan instancias a las que no me atrevo a catalogar con el improcedente termino de inverosímil (al fin nadie esta exento por experiencia propia o ajena de desbarrancarse en el mas absoluto desengaño al comprobar que en realidad los ejemplares de la vida cotidiana contienen las peculiaridades mas intrincadas) sobre todo si se observa que una situación inicial de desequilibrio solapado puede dar lugar a la recomposición del equilibrio inicial casi en los mismos términos o hasta incluso a una experiencia mas dichosa. Hay un film cuyo nombre me reservo en el cual me ha impactado el efecto renovador (ingenuo) de la trama y el desequilibrio sobre el conflicto inicial disimulado en lo insípido diario del protagonista. El cuadro final del personaje es la antitesis del cuadro inicial aun en términos de equilibrio. En sucede algo similar. No hay situación inocua en los primeros tramos aunque todo parezca por lo menos desde el lado de la protagonista acomodado a un ritmo y a un modo particular del devenir. Ella es profesora de literatura en un secundario canadiense. Y se comprende que el oficio además de ser sugerente en cuanto al verosímil planteado por la trama del film (una mujer de mediana edad, independiente, de una belleza sugerida y latente, en algún punto de tendencias solitarias) le confiere al guión la posibilidad de acotar algunos alegatos sobre el sentimiento amoroso. Estas módicas reflexiones se instalan desde la voz autorizada de los clásicos exteriorizando el énfasis de las peripecias vividas por ella junto a su ocasional huésped. Es necesario sintetizar un tanto el argumento.


Claire es una canadiense, docente de literatura cuya vida transcurre entre la vida en los claustros y una relación intermitente con un hombre casado. De pronto su hermana le hace con una propuesta: casarse con Pablo un extranjero (su nacionalidad es indeterminada pero distintas claves del relato indican los avateres de un país asediado por un régimen dictatorial probablemente periférico) para que este pueda conseguir la ciudadanía canadiense y evitar ser deportado por las autoridades. Ella se muestra en un principio renuente no tanto por los inconvenientes legales en caso de descubrirse la trampa sino por la inquietante posibilidad de que su espacio habituado a la quietud de lo previsible y a la soledad se vean perturbados por el visitante puesto que para simular la condición de cónyuge Pablo debe mudarse a su casa, formar parte des esos hábitos despojados de toda condición, de ese orden casi impúdico que se impone a una vida que se estructura en la sucesión imperecedera. En ese cosmos Pablo es una tempestad (incluso su costumbre de fumar lo obliga a retirarse al balcón) al mismo tiempo restaña esa soledad, descascara el hermetismo de esa prefiguración de las jornadas. Hay dos soledades esmeriladas, de naturaleza diversa: una pequeño burguesa rutinaria; la otra mundana y ahogada por el exilio y el ultraje.


Hay un punto esencial en este escenario. La evaluación de migraciones para determinar que el casamiento entre los dos personajes no se hace para fraguar la nacionalización de Pablo genera la escena que me propongo aislar, tal vez la punzada mas profunda y evidente que hiere la agonía de lo siempre igual. Cada uno se cuenta una historia de la infancia. Pablo le relata su vida en el campo con su familia de la pobreza que los obligaba a pasar el día en la cama para no gastar energías porque no tenían para comer. Ella da cuenta de su estancia en París con su padre. El suceso del desvelo y como su voz abría sus sentidos al esplendor de luces de esa ciudad, esplendor que muere al morir su padre. Ya no brillan más esas luces. El ingenioso relato de Pablo para recrear las circunstancias por las cuales se conocieron merece una nota en sí misma (o una transcripción).


Finalmente llega el dia de las pruebas en el departamento de migración. Un agente sigue el caso con particular esmero. Es el quien ofrece los mayores obstáculos para Pablo en el transcurrir del film vigilando cada paso, asediando, sospechando. El burócrata de la oficina de migraciones les hace las preguntas habituales, los indaga en presencia de este agente y les otorga el permiso para casarse y así la posibilidad de obtener la nacionalidad a Pablo. El sesudo agente se queja no les habrá creído -le pregunta-, el burócrata le replica -por supuesto que no, ni una palabra. Lo que si se es que están enamorados-. Conceptualmente esa escena modesta es sublime. Prodiga, casi sin inmutarse, eludiendo fanfarrias o fastuosos parlamentos, una conclusión notable a ese proceso de descubrimiento mutuo que Pablo y Claire realizan a lo largo del film, incluso a partir de una farsa. Es precisamente en la elucubración de la mentira donde por primera vez en el film se vislumbra sentimentalmente algo verdadero que traspasa en los ojos del burócrata el velo de las apariencias (Claire termina su relación con el hombre casado casi con el mismo nulo fervor con que la relación se cifraba en el film). Ese enamoramiento es la verdad. La única. Y se jalona a lo largo de los descubrimientos mutuos de la convivencia y sus pormenores, lo grato y lo desatinado. Son esas dosis de veracidad lo que conduce al amor quebrantando la anomia, el desamparo que en ambos se manifiesta de manera disímil. El filtreo, buscado tantas veces, desde el deseo o la pasión aquí es una mera casualidad forzada primero por el formalismo y la desesperación. Bien mirada esa angustia es compartida aunque solapada en el caso de Claire.
El impulso de lo fortuito gana en esa tragedia. La monotonía se quebranta por la subversión mutua de valores y estados sustentada en el descubrimiento de un refugio inesperado del uno en el otro. Inesperado porque ninguno se buscaba, salvo en la ceguera del instante presente que habilita esas travesuras del azar. El burócrata entonces nota que aunque todo lo demás es una falacia no importa demasiado frente a ese despreocupado milagro que han concebido. Algo debe merecer ese prodigio. Alguna exculpación, algún permiso.


No tengo dudas de que están enamorados. Solo esas palabras en el film cierran el entrecruzamiento de dimisiones en el tintero, de días eternos, espiralados. Esa certeza transforma el desequilibrio en el final del relato. Le otorga rango de conocimiento al componente que transforma la ecuación original instalando la belleza de la incertidumbre en la raíz de la percepción. Y de ahí esa duda filtra a los dos personajes, sembrando la única verdad del film a través de cada instante, mediante cierta variación en el grado de conciencia de ambos. Para uno u otro, varían los tiempos en los cuales se cristaliza ese saber.
La conclusión del film se contenta con la última escala antes de la materialidad asumida por ese conocimiento. En la pantalla, en cambio, no se concreta; solo se advierte que los dos son concientes de esa verdad. En todo caso la enunciación y el éxito solo corresponderán al burócrata.

viernes, 6 de agosto de 2010



¿Se acuerdan? Cuando muchos nos sonabamos los mocos y asistíamos a reuniones de prensa de cierta centroizquierda que se bajaba los calzones por aparcer en Clarín...

Entre sombras y luces

Del último trabajo de Serrat y del inolvidable Miguel Hernandez Hijo da la luz y la sombra



( Hijo de la sombra )

Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

Forjado por el día, mi corazón que quema
lleva su gran pisada del sol adonde quieres,
con un sólido impulso, con una luz suprema,
cumbre de las montañas y los atardeceres.

Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.

El aire de la noche desordena tus pechos,
y desordena y vuelca los cuerpos con su choque.
Como una tempestad de enloquecidos lechos,
eclipsa las parejas, las hace un solo bloque.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.

Ya la sombra es el nido cerrado, incandescente,
la visible ceguera puesta sobre quien ama;
ya provoca el abrazo cerrado, ciegamente,
ya recoge en sus cuevas cuanto la luz derrama.

La sombra pide, exige seres que se entrelacen,
besos que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
arrullos que hagan música de sus mudos letargos.

Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.

El hijo está en la sombra que acumula luceros,
amor, tuétano, luna, claras oscuridades.
Brota de sus perezas y de sus agujeros,
y de sus solitarias y apagadas ciudades.

El hijo está en la sombra: de la sombra ha surtido,
y a su origen infunden los astros una siembra,
un zumo lácteo, un flujo de cálido latido,
que ha de obligar sus huesos al sueño y a la hembra.

Moviendo está la sombra sus fuerzas siderales,
tendiendo está la sombra su constelada umbría,
volcando las parejas y haciéndolas nupciales.
Tú eres la noche, esposa. Yo soy el mediodía.

II

( Hijo de la luz )

Tú eres el alba, esposa: la principal penumbra,
recibes entornadas las horas de tu frente.
Decidido al fulgor, pero entornado, alumbra
tu cuerpo. Tus entrañas forjan el sol naciente.

Centro de claridades, la gran hora te espera
en el umbral de un fuego que al fuego mismo abrasa:
te espero yo, inclinado como el trigo a la era,
colocando en el centro de la luz nuestra casa.

La noche desprendida de los pozos oscuros,
se sumerge en los pozos donde ha echado raíces.
Y tú te abres al parto luminoso, entre muros
que se rasgan contigo como pétreas matrices.

La gran hora del parto, la más rotunda hora:
estallan los relojes sintiendo tu alarido,
se abren todas las puertas del mundo, de la aurora,
y el sol nace en tu vientre, donde encontró su nido.

El hijo fue primero sombra y ropa cosida
por tu corazón hondo desde tus hondas manos.
Con sombras y con ropas anticipó su vida,
con sombras y con ropas de gérmenes humanos.

Las sombras y las ropas sin población, desiertas,
se han poblado de un niño sonoro, un movimiento,
que en nuestra casa pone de par en par las puertas,
Y ocupa en ella a gritos el luminoso asiento.

¡Ay, la vida: qué hermoso penar tan moribundo!
Sombras y ropas trajo la del hijo que nombras.
Sombras y ropas llevan los hombres por el mundo.
Y todos dejan siempre sombras: ropas y sombras.

Hijo del alba eres, hijo del mediodía.
Y ha de quedar de ti luces en todo impuestas,
mientras tu madre y yo vamos a la agonía,
dormidos y despiertos con el amor a cuestas.

Hablo, y el corazón me sale en el aliento.
Si no hablara lo mucho que quiero me ahogaría.
Con espliego y resinas perfumo tu aposento.
Tú eres el alba, esposa. Yo soy el mediodía.

III

( Hijo de la luz y la sombra )

Tejidos en el alba, grabados, dos panales
no pueden detener la miel en los pezones.
Tus pechos en el alba: maternos manantiales,
luchan y se atropellan con blancas efusiones.

Se han desbordado, esposa, lunarmente tus venas,
hasta inundar la casa que tu sabor rezuma.
Y es como si brotaras de un pueblo de colmenas,
tú toda una colmena de leche con espuma.

Es como si tu sangre fuera dulzura toda,
laboriosas abejas filtradas por tus poros.
Oigo un clamor de leche, de inundación, de boda
junto a ti, recorrida por caudales sonoros.

Caudalosa mujer: en tu vientre me entierro.
Tu caudaloso vientre será mi sepultura.
Si quemaran mis huesos con la llama del hierro,
verían que grabada llevo allí tu figura.

Para siempre fundidos en el hijo quedamos:
fundidos como anhelan nuestras ansias voraces:
en un ramo de tiempo, de sangre, los dos ramos,
en un haz de caricias, de pelo, los dos haces.

Los muertos, con un fuego congelado que abrasa,
laten junto a los vivos de una manera terca.
Viene a ocupar el hijo los campos y la casa
que tú y yo abandonamos quedándonos muy cerca.

Haremos de este hijo generador sustento,
y hará de nuestra carne materia decisiva
donde asienten su alma, las manos y el aliento,
las hélices circulen, la agricultura viva.

Él hará que esta vida no caiga derribada,
pedazo desprendido de nuestros dos pedazos,
que de nuestras dos bocas hará una sola espada
y dos brazos eternos de nuestros cuatro brazos.

No te quiero en ti sola: te quiero en tu ascendencia
y en cuanto de tu vientre descenderá mañana.
Porque la especie humana me han dado por herencia,
la familia del hijo será la especie humana.

Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.

IMAGENES

NUESTRA COMUNICADORA DEL MES

LA OPOSICION AL PUEBLO


KIRCHNER- KIRCHNER 2011 (SOLO SUEÑO DESPIERTO)











La puesta en escena

P.A.

Siempre me ha gustado definir al periodista como un actor en segundo plano. El titiritero. La implícita idea de una segunda dimensión en que se desarrolla lo infinitamente esencial de lo sugerido por las formas superficiales. Como un reverberar del conocimiento filosófico que trasciende las luces y sombras de la caverna. Un ligero teatro de marionetas. Y en general el periodismo suele equivaler a eso. Se nutre de eso. La crónica sugiere al titiritero; sugiere la puesta en escena del carácter ficcional que supone el recorte del objeto periodístico. La ínfima variación de las posturas, de los diálogos permitidos y omitidos de las figuras, del paisaje que contextualiza sus movimientos, consustancializa el indicio. Hay alguien por detrás de ello. Alguien invisible y no del todo previsor de los pormenores de la puesta en que se desarrolla porque mantiene a su alcance solo ciertos aspectos de esa circunstancia, mientras nada supone los vaivenes en la dinámica de esos otros elementos que permanecen inalterables en relación al contexto en que se desarrollan. La proporción en que ese personaje solapado se sugiere a sí mismo y la medida en que se mantiene anónimo para operar en la omisión y la exposición de determinados rasgos del evento detrás del cual se aposta, constituyen en buena medida la virtud del periodista que ejecuta la crónica. Ya se ha dicho en tantos otros géneros que la autorreferencia es signo inequívoco de decadencia. En cierto periodismo gráfico (o televisivo), y en general, la autorreferencia parece ser el impetuoso defecto que invierte el proceso de cierto devenir histórico. En lugar de denotar el síntoma de una individualidad en declive, previene acerca del escaso valor pecuniario del ejercitante amateur. Nunca el periodista está (o debiera estar) por encima del hecho o, a lo sumo, del recorte que del hecho consiente su enfoque. Puede, no obstante, que el periodista y el ejercicio de la profesión sean la circunstancia de la metódica reflexión de la prensa pero en caso de no serlo, no se le permite inmiscuirse salvo que desde el vamos esté enfermo de muerte. Salvo que su monstruosa egolatría lo exhorte a convertirse en el regente de aquello que se propone retratar. Pero no pequemos de absolutamente ingenuos. El carácter megalómano de un cronista que trasciende ese relegado plano del cincel y la mano que dan forma a la noticia, supone solo una faceta (salvo en los casos mas groseros y patéticos) de la explicación de su expansiva presencia en el periodismo argentino. Sobre todo porque creer que esa megalomanía es exclusivamente inherente a esos bufonescos especímenes del periodismo equivaldría sin fundamentos pero, y sobre todo, sin la mínima consideración de justicia a exonerar a todos lo demás que poseemos esa condición en mayor o menor grado.


Hay una explicación mas sencilla. Conforme el periodismo se insertó en una especie de orden sagrada cuya metodología insiste en las camarillas y los procedimientos de masonería, por la ampliación y creciente prestigio de las prácticas sociales anexadas a la actividad (cuyo detalle no explicaremos aquí), el cronista dejó de ser tal para situarse en la escena misma. Se soslaya de alguna manera su invisibilidad; se deja de lado para adquirir una mayor preponderancia en la escena comunicativa lo cual repercute directamente en lo exógeno de dicha escena. No hay forma, por tanto, que un integrante de la prensa irrumpa en el hecho consignado sin aportar de manera mas acentuada aquella huella de manipulación, antes mitigada por su disimulo, dentro de la puesta comunicacional. Pero decíamos que esta conducta no obedece a un simple ejercicio de la vanidad. Los trabajadores de prensa, y esto no huelga recordarlo siquiera para descubrir la naturaleza de sus adhesiones y rechazos, son en buena parte operadores políticos. Ni siquiera los mas apartados de la magnificente tentación, cumplen con el encanto del carácter aséptico que las anteriores generaciones de periodistas han interpuesto ante la mínima consulta. Es imposible separar el ejercicio periodístico de un reservorio de simpatías que muchas veces influyen en los recortes y disposiciones de la condiciones de producción de la noticia. Claramente quien habla nos habla por sí y por un conjunto situado por fuera de la escena misma. Aun así, y siendo el contenido ideológico de la noticia no susceptible de escisión, configura una negligencia en el ejercicio de la profesión periodística la primacía de la figura del redactor en el recorte del objeto, la infortunada reducción de ese disimulo que ya se constituía como requisito en la manufactura de la noticia.


En tiempos de decadencia periodística hegemónica (como la nuestra) es imposible ignorar esa mayor incidencia del hombre o la mujer, en tanto fulano o fulana, que redactan un artículo. En tiempos en que las aguas estaban mas quietas (y favorables) estos insidiosos titiriteros se mantenían correctamente en segundo plano, pese a la construcción de prestigio creciente y desaforado, porque aun los síntomas terminales no existían. Porque el público auditor no se había abalanzado sobre el escenario y los muñecos para ver el verdadero rostro del titiritero y las anomalías del montaje.

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