lunes, 23 de febrero de 2009

He tratado de figurar cada centímetro expugnado por unos pies pequeños, por su murmullo de playa y arena que clareaba cada zócalo o los peldaños amorronados. He incitado la cifra de algo que no he podido ver pero cuya imago me asalta mientras camino insomne por cada rincón de mi habitación. Por mucho hallé una melodía cuyo tiempo intima la cadencia de una canción lejana. Henchida por unas huellas tan ínfimas y prístinas mi imaginación intimó estos versos; arduo entretejido de recuerdos ajenos e impresiones demasiado egoístas y solipsistas.



Canción para aprender a caminar

Tras el murmullo de primavera puedo verte
Vigilando sus pasos desde la cuna
Arrullando las cortinas, asediando al mar,
Y galerías y muros que no atestiguan
La sombra de quien supo olvidarla
De quien bebió un licor añejo y oscuro.

Y mientras vigilas sus pasos, caminas con ella
A la par,
entre ausencias y risas,
con estertores que oprimen el pecho
de infinitas lluvias de otoño vertidas en ti.
más allá del ventanal, envolviendo el aire
Con ligero tizne de lóbregas alas
al viento se arrojaban despedazadas
Por las garras del cristal

Tu vigilas sus pasos y caminas con ella
La tomas suave entre tus brazos,
La cubres de miel
Que brota de tus parpados,
De la elegía de tus pechos concavos,
De tantas, tantas cosas…
Y mientras deshaces en madejas
intrincados remolinos dorados,
Retienes en la memoria vasta sus ojos de cacao
Sus gestos alelados
que aun hoy derrotan el tiempo

Tu vigilas sus pasos y caminas con ella
Como faro,
entre sierras, empalizadas y desfiladeros
La mantienes a salvo,
no la despiertas aun de ser niña
Aunque ella advierta
Aunque ella camine contigo a la par
Asimilando sus gestos pequeños a los tuyos

Vigilas sus pasos y caminas con ella
Abandonada en las cornisas del desierto
Vislumbrando acaso un destello
Que ciega las retinas
de un tiempo que erigió ocasos
que rozaban la inmortalidad
cuando aquellos días no eran todos iguales
ni dispersos, ni calmos
eran fragmentos de felicidad innata o perdida.

Vigilas sus pasos y caminas con ella
Pero con cada paso guía los tuyos
Y su esperanza,
es tu esperanza y la mía
De vida
De un fuego que arrastra a la oscuridad

Y si así, vigilando sus pasos, caminas con ella
Ella deja sus huellas para señalar
La senda y el presagio que le has enseñado

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