domingo, 22 de agosto de 2010

Teratologías comparativas (I)


P. A. CON LA COLABORACION INTERMITENTE, VEODA Y SOBERBIA DE ROESTAG


Agustín Rossi, diputado por el Frente para la Victoria, en la sesión en que se trataba el proyecto de ley para incrementar las jubilaciones al 82% móvil fustigó a los que lo querían hacer cargo de los zafarranchos menemistas. Esta asimilación entre uno de los períodos mas infaustos de nuestra historia nacional con estos tiempos no es novedosa y responde a innumerables razones. No quiero adelantarme a emitir un juicio porque lo considero inútil para exhortar la convicción de los que sostienen semejante opinión. También me impulsa el hecho para nada despreciable de que si la refutación no intercala datos precisos, la defensa de cualquier postura equivale a un sacerdocio y la enunciación de sus postulados a un acto involuntario de evangelización. Este claramente no es mi propósito. He vivido con intensidad esa década, la he padecido, pero independientemente de mi experiencia vital que no siempre se cruza con mi estimación de lo general de esos años, aprendí a apreciar lo propio y estremecedor de la hegemonía neoliberal. Me tomo el atrevimiento de analizarla en virtud de cada región de los fenómenos sociales con incidencia en la vida cotidiana. Este ejercicio, admito, es un esbozo. Alguien con mas capacidad y tesón que yo podrá tomar este punto de partida y continuarlo.


Economía.

Si tomamos la evolución de la balanza comercial, esto es la variación y diferencia entre las importaciones y exportaciones de mercancías realizadas por los agentes nacionales, notamos que durante la década de los noventa el saldo fue negativo con lo cual el monto de las importaciones de mercancías era mayor que el de las exportaciones y así los egresos superaban ampliamente a los ingresos. Esa tendencia tuvo su apogeo en el año 1994 con un saldo negativo de 4.139 millones de dólares, registrando su única excepción en el año 1995 con un saldo favorable de 2357 millones de dólares. Añadido a esto se presentaba la singularidad de que si bien el monto de las exportaciones se incrementaba teniendo en cuenta la variación desde 1992 a 1999, resultaba significativamente menor a la suba del valor por las importaciones. Tras la devualación y un poco antes la línea negativa de la diferencia cambia de signo y los ingresos se tornan mayores a los egresos con su punto máximo en 2002 tras el abandono de la convertibilidad elaborada por Domingo Cavallo y refrendado por el mismo Menem por el cual se vivía en una especie de alelada burbuja que tarde o temprano estallaría no derramando riqueza como sostenían los clérigos neoliberales sino excremento, miseria y degradación. Luego de ese valor máximo antedicho (2002) el ritmo de variación positivo se fue atemperando pero en márgenes razonables sin arribar a valores negativos.


En relación a las reservas internacionales, la cifra mas alta del periodo en que el ejecutivo lo ejercía Menem se registra en el año 1993 con 4250 millones de dólares y la disposición de datos marca un descenso a veces estremecedor del nivel de las mismas con un saldo negativo de 102 millones de dólares en 1995 pero un recuperación notable hacia el año siguiente en que las reservas se establecen en 3.382 millones. El cauce de variación de las reservas se mantiene estable hasta el año 2000 en que se verifica nuevamente un descenso abrupto llegando a 4.516 de saldo negativo. Valor que aumenta en los años posteriores revirtiendo la tendencia y de manera sostenida sube hasta el año 2005 habilitando el saldo mayor de reservas de todo el periodo desde 1992 con un total de 8.857 millones de dólares de reservas en el BCRA.

La deuda externa es otro índice trascendente en este análisis no pormenorizado. Tomemos como punto de partida Diciembre de 1994. El total de la deuda externa oscilaba los 87.524 millones de dólares y ascendería hasta llegar a su punto máximo en los entornos de la crisis del 2001 (diciembre) llegando a ser de 166.272 millones de dólares. Esta cifra se reduce hacia mismo mes del año siguiente recalando en los 156.748. mas allá de algún ascenso para diciembre de 2005 la deuda había disminuido hasta arribar a los 113.518 millones de dólares similar al nivel de diciembre de 1995 y con tendencia en baja.

Veamos pues los índices de pobreza e indigencia (punto crítico tan agitado por la oposición oportunista, sus sequitos y los sectores de la iglesia). Ciertamente los niveles de indigencia y pobreza se mantienen bajos durante la década de Menem. Tras la crisis del 2001 la crisis hace saltar esas cifras y los niveles de indigencia aumentan a ritmo vertiginoso llegando en mayo de 2003 (mes exacto en que asume Néstor Kirchner) a su estamento mas alto llegando el porcentaje en la línea de la indigencia al 25,2 % y en la línea de pobreza del 51, 7 % por persona mientras que el porcentaje por hogares registra un 16,3% en la línea de indigencia y un 39,4% en la línea de la pobreza. El estallido de la burbuja neoliberal sostenida por la convertibilidad menemista induce a la pauperización general heredada por el gobierno de Néstor Kirchner. De esto se desprende sin mayor dificultad la injusticia esencial de atribuir a Kirchner la pobreza y utilizarla como argumento político para denostar al gobierno sin tener mínimamente en cuenta los efectos de la política infame del Dr. Menem y la continuación doctrinaria de De la Rua para culminar en el estallido social de diciembre de 2001. Esto se nota mayormente en los niveles de indigencia donde la variación de menor a mayor es mas estable pero es claro que durante la década de los noventa los dos niveles si bien disminuyen en relación al período de Alfonsín no cesan en crecer desde octubre de 1991.

La desocupación es otra huella importante. Su pico máximo se alcanza en mayo de 2002. Apenas cinco meses después alcanza lo 3.406 millones de personas, cantidad que disminuye en los años siguientes llegando pero en forma decreciente, y no al revés como en los noventa, al nivel de octubre de 1994.*



Medios


En el contexto en que me ubico como persona este tramo tiene una raigambre emocional indeclinable. Aun así me remitiré a hechos concretos y contrastaciones simples y contundentes.

Durante la década de Menem fue asesinado el periodista Mario Bonino. Mario fue secuestrado el 11 de noviembre de 1993 luego de participar en la sede de la Asociación de trabajadores del Estado del seminario "El rol de la radio a las puertas del Tercer Milenio" cuando se aprestaba a realizar un recorrido entre diferentes medios de comunicación para entregar un comunicado de la UTPBA en el que se denunciaba atropellos contra periodistas del interior del país. Cuatro dia después su cuerpo fue hallado en el riachuelo. Su asesinato estuvo precedido por otro atentado : en la madrugada del domingo 14 tres personas irrumpieron en la sede de la obra social de la UTPBA y agredieron con golpes de hierro en la cabeza al sereno del lugar, Miguel Gavilán, quien fue internado de urgencia con conmoción cerebral. Esa misma noche se recibió una llamada anónima femenina diciendo que "lo que les paso anoche les puede volver a pasar". Las amenazas y agresiones (físicas no miedos psicológicos o intentos de victimización para salvaguardar privilegios como los que Morales Sola en una sesión especial del Senado de la Nacion denunció) a la prensa promovidas desde el gobierno de Carlos Menem y apañadas por él alcanzaba en ese momento a ¡mas de 700!

Luego de una incesante tarea de investigación se determinó que Mario Bonino había sido secuestrado y asesinado bajo el método conocido como muerte blanca ejecutado por una acción mafiosa que intenta no dejar rastros del crimen. El cuerpo de Mario fue arrojado sin vida a las aguas del riachuelo. La impunidad como es sabido sello los ecos de una verdad solapada.

En enero de 1996 otro periodista fue asesinado. José Luis Cabezas era fotógrafo de la Revista Noticias y uno de sus trabajos más descollantes fue la impresión en el sucesor del daguerrotipo la cara de unos de los hombres mas poderosos de la Argentina gobernada por Menem, Alfredo Yabrán. Las ulteriores investigaciones derivaron en la responsabilidad de Prellezo y Gregorio Ríos, custodio del empresario cuyo destino oficial siempre se vinculó al suicidio. Muerto Yabrán, presos Prellezo y Ríos el caso se diluyo en las complejidades de una trama irresuelta y parcial a los ojos del rigor que la gravedad de los hechos consignados requería. Las vinculaciones de la policía bonaerense y el nexo político con el gobernador bonaerense Eduardo Duhalde (fuertemente imputable en el trafico de drogas y en la conversión de la provincia de zona de transito a zona de producción con el remanente cocaínico de la pasta base pululando en el conurbano sin empacho) nunca quedaron resueltos aunque sobrevolase la quieta percepción de que tal contexto político construyo y consolido el grado impune del asesinato para dejar por fuera los detalles escabrosos de ese relato. Detalles que solo el discurrir y las noveles versiones cuyo impacto mitigara el tiempo permitirán cristalizarlos en la narración publica y publicada.

La sanción de la Ley de Emergencia Económica y Reforma del Estado inaugura, asimismo, una nueva perspectiva para analizar la incidencia del modelo neoliberal instaurado por Menem. El decálogo de Dromi y su corolario en la privatización de los canales que se sumaron a empresas propietarias de medios gráficos y radiales favorecieron la concentración mediática en dos o tres grupos empresarios. La unicidad de los criterios informativos y la conformación de los patrones culturales de la sociedad argentina se anudo al capricho de los intereses corporativos de esos grupos. Cualquier posibilidad real de interponer una voz discordante se entrevero con la imposibilidad lisa y llana. Casos abundan. Algunos recientemente conocidos como el de Liliana López Foresi por parte del Grupo liderado por Magneto. Otros permanecen en el silencio entre los que se cuentan el ahogo de toda actividad sindical lo que involucra ciertamente a individuos, hasta la prohibición imperante hoy en Clarín de conformar una comisión sindical interna, pasando por la cesantía de los periodistas Pablo Llonto y Claudio Díaz. El daño tremebundo de las políticas en materias de medios por parte del gobierno menemista incluye el intento de privatización encubierta que operó sobre Canal Siete, la única emisora en manos del estado durante toda la década. Primero con el levantamiento de la prohibición de televisar o difundir juegos de azar en el canal oficial, luego con la configuración bajo la direccion artística de Gerardo Sofovich de una programación vaciada y eminentemente orientada al rédito comercial con mínima inversión y sin soporte de contenido. Dicha catástrofe se prolongo hasta el gobierno de De la Rua época en la que el Grupo Sushi de indisimulables inquietudes culturales de elite ejecutó un leve intento de modificación de la lógica de Canal Siete sin mayor sustento por los avatares económicos y la caída del gobierno de la Alianza en Diciembre de 2001.

A finales de 1999 Canal Siete era un híbrido de muy poca monta entre las penurias de una emisora sostenida por los tributos fiscales en un país deficitario y un engendro privado moldeado en los cánones de la television estatal. Un verdadero monstruo solamente redimido por el tiempo y que recién hoy a partir de la politica mas que elogiosa de Tristan Bauer se erige como la promesa pionera de la digitalización hacia una TV de contenido federal, eminentemente calificada y con un desvelo ético y estético en la impronta de su programación cuya identidad se insinúa con una esplendidez inusitada y como un filo de promesas estatuidas a modos de punto de partida. Verdaderas vanguardias en el periodismo como 6,7,8 junto a producciones autóctonas como ciega a citas y foráneas ancladas en las producciones españolas representan con la proyección de films de estimable voluntad artística el resurgimiento de una televisión estatal devastada.

El dominio de las publicaciones graficas antes concentrado gracias a los acuerdos entre Menem y los propietarios de los grandes medios, añadido a la situación irregular de la adquisición de Papel Prensa S.A. suya directiva estableció un precio diferencial favorable para sus socios mayoritarios Clarín y Nacion siendo así juez y parte de la fijación del precio de un insumo tan básico como es el papel en la producción de un periódico consagro un modelo cultural basado en el paradigma neoliberal atrozmente individual, orientado al consumo y la desmovilización popular mediante la infravalorización de la democracia como forma de representación y el descrédito hacia las ideologías refugiando a los lectores en la descontextualización y la versión dominante de la historiografía argentina liberal. Dicho mecanismo exalta los conceptos de patria, republica y las máximas de los héroes del proceso revolucionario a través de frases anecdóticas y aforísticas como lo hiciera hace unos años clarín en sus publicaciones a manera de libro de bolsillo de San Martín, Manuel Belgrano, Mariano Moreno en donde la hondura del ser nacional y latinoamericano se reducía a unas cuantas frases generales que destacaban el sentido común y los lugares corrientes del pensamiento unidireccional. En ese sentido prevaleció una concepción suficientemente adoctrinada por la historia oficial de los secundarios aun no lobotomizados por la ley nacional de educación del menemismo. Como eludo el punto de educación por no contar con datos suficientes puedo afirmar en mi condición de alumno exonerado de las modificaciones introducidas por esa disposición legal y mi experiencia como instructor de jóvenes en materias de polimodal y el EGB que el experimento procedió a socavar el nivel educativo de los alumnos a partir de la reforma educativa. Arena de otra bolsa.

Por otra parte y como no podía ser de otra manera la proliferación de los grupos mediáticos asociados a gran cantidad de medios por lazos de propiedad privada facilitaron al igual que en otras ramas de la economía la estandarización y la precarización laboral mediante acciones orientadas a menoscabar la actividad sindical o a facilitar la inserción de pasantes en las redacciones, escasamente formados e integrantes de un ejercito de reserva dispuesto a cubrir unos pocos cargos resultado de la fusión de varias actividades en un solo trabajador. Uno cumplía ahora la tarea de lo que antes hacían varios. La innovación tecnológica magnifica esta tendencia. No obstante se produjo un quiebre muy parecido al generacional descrito por caro Figueroa en un articulo de la revista Todo es Historia. Allí el explicaba que el corte tajante entre la definición del periodismo profesión y el periodismo como oficio suponía un peligro para dos principios básicos de la educación: generar y transmitir valores, conocimientos, enseñanzas pero que además rompía con la solidaridad generacional. Tamaña ruptura conllevaba a la precarización y estandarización de la actividad. Sospecho que algo similar sucede cuando se rompen las relaciones no ya con los periodistas experimentados sino con los contemporáneos en el encuentro mutuo de voluntades producidas a través de la organización sindical como herramienta irremplazable en la lucha por mejoras de índole laboral frente a la patronal. Por añadidura el ejercito de miles de jóvenes estudiantes de comunicación social generó un mercado con muchos oferentes y escasa demanda con lo cual disminuye el precio del trabajo de los periodistas ejercitantes de una multiplicidad de tareas que ahorra varios puestos de contratación al empresariado. De todo este proceso emerge la precarización laboral, la concentración mediática en unos pocos grupos de propietarios, la construcción de parámetros sociales y culturales neoliberales destinados a coartar toda manifestación de organización política mediante la exaltación de un estado aséptico y consensual del proceso político, la naturalización de una voz unívoca sin cuestionamientos de clase ni profundizaciones conceptuales respecto a la profesión periodística, la ética y su relación con la concentración de medios.


En la actualidad ha surgido un nuevo tipo de amenaza de naturaleza espectral entre los periodistas. Tales individuos ejercen su actividad en empresas privadas, en algunos casos con una remuneración más que provechosa, pero emulando la afirmación de Marx en el Manifiesto Comunista "un fantasma recorre Europa" dicen sentirse amenazados, censurados, coercionados a opinar en forma favorable al gobierno nacional. Lo curioso es que ese sentimiento se enuncia e inmediatamente se opina en contra del ejecutivo nacional y se sigue opinando y se opinó de manera ininterrumpida desde que este gobierno quebrantó un valor sagrado (no se sabe cuál) por lo que se desató la necesidad irreprimible y apremiante de no permitirle continuar con su infamia (que no sabemos cuál es o sí, acaso, pero no la llamaríamos infamia precisamente). De esta forma lo tolerado mansamente a empresas privadas, es decir reservarse el derecho de contratar a quien mejor representa su manera de ver el mundo, y por tanto esa perspectiva se aplicará luego a su eficiencia práctica, es un pecado por parte de estado. Sacrilegio mayor si el estado decide discontinuar (sin molerlo a palos, sin amenazas, sin la represión física de los cuerpos) el contrato de aquellos trabajadores de prensa que no sostienen la idea oficial. No obstante si en una empresa del área privada, el trabajador no se pronuncia en favor de su politica empresarial y laboral de manera irrestricta, esta se encuentra en todo su derecho y deber de despedirlo pero el estado no. Curioso. Mas aun cuando los casos analizados revelan la infinita mala fe de los periodistas censurados por el espantoso autoritarismo gubernamental como Nelson Castro, Alfredo Leuco, Pepe Eliachev, por nombrar a los mas rutilantes. Nelson Castro publica libros como Enfermos de poder, su última obra, y trabaja en TN en el programa Juego Limpio y en Radio Mitre de 6 a 9 de la mañana en la tira Primera Mañana. Leuco escribe en el diario Perfil de Fontevecchia y acompaña a Fernando Bravo en el programa radial Bravo continental con editoriales furibundas hacia Kirchner. Eliachev se desempeña con Leuco en la misma emisión de Leuco Le doy mi palabra y en Perfil. Replico la objeción de Timmerman cuando Castro de lengua suelta le aseguró que estaba censurado ¿Pueden Leuco, Eliachev o Castro sin refugiarse en el mas absoluto disparate afirmar que fueron vedados? ¿Otros periodistas más modestos pueden culpar al gobierno por no pertenecer o ser expulsados del sistema de la prensa oficial cuando ellos no sostienen su misma idea de gobierno o de país? Y en caso de hacerlo porque desean inconscientemente seguir allí o incluirse ¿Son masoquistas? ¿O simplemente ser bicéfalos les permite aceptar en los privados lo que en el estado señalan como impropio? ¿Cuánto resentimiento puede destilar un infortunio por la escasa competencia profesional revelada en la función pública cuando se tuvo oportunidad de recalar en la prensa del sistema público y oficial? ¿Cuánta de esa mala entraña embota el juicio y la ética periodística?

De haber alegado este primer dato, lo escrito anteriormente no tendría sentido. La nueva Ley de Servicios Audiovisuales, una deuda hasta hace poco de la democracia, propende, sin más, a democratizar el acceso a la propiedad de los medios y a la posibilidad de comunicarse y comunicar. En este sentido la limitación de propiedad de medios por parte de una persona física, la regulación del área de influencia ejercida por los medios soslayando el potencial tecnológico que fomentaría la desigualdad, la repartición equitativa del espectro radiofónico entre los privados, los públicos y los comunitarios, el rescate de la cuota de difusión de la producción nacional, la eliminación de la publicidad no tradicional, la concepción de la comunicación como un derecho universal cuyo sujeto es la totalidad de la especie humana, el establecimiento de una autoridad reguladora compuesta por representantes de los sectores políticos elegidos en elecciones democráticas y la eliminación de la figura del interventor del COMFER que confería la autoridad a los miembros de las tres armas, abren una dimensión de alcances ilimitados en el ejercicio de la comunicación social, producto de la elaboración de innumerables entidades vinculadas a la disciplina desde el retorno de la democracia, pero cuyo impulso político solo provino del gobierno que supuestamente mas ha atentado contra la libre prensa.


Fuentes


-Anexo estadístico de la materia economía. Cátedra Jozami de la Universidad de Buenos Aires. Datos extraídos mayormente del INDEC cuando aun el monstruo K no la había despojado de los directores de área que vendían datos económicos a consultoras privadas y traficaban información para la especulación financiera. Los recelosos encontrarán entonces que la información consignada aquí fue elaborada por las antiguas autoridades del INDEC antes de la llegada de Kirchner a la presidencia.


-Revista La Fauna volumen X, número 62. Edición de diciembre de 2007.Citas textuales de la nota de la sección Purgatorio titulada "Se cumplen 14 años del asesinato del periodista Mario Bonino".


-Proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales elevado a la Cámara de Diputados de la Nación.


-21 puntos básicos para una radiodifusión democrática. Coalición por una Radiodifusión Democrática.


-"No hay democracia informativa sin democracia económica" Voces Múltiples del Primer Congreso Mundial de Comunicación. Buenos Aires, 2001. UTPBA.


- Me permito mencionar a un ignoto profesor cuyo nombre no recuerdo de la catedra de Jozami de economía en la UBA quien espantó mi disgusto por la disciplina hace un par de años, prefiguró mis actuales simpatías y me instó a confiar mas en mí

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