domingo, 24 de mayo de 2009

Tras el vaho de un cristal

Ví tu rostro en el vaho de un ventanal del colectivo
Distraído y recóndito,
Tu imago replegada en los birretes de la ventanilla,
Tus labios temblando a contraluz
Tus parpados en declive contra la acera.
No hubo instante para pensar
Ni sucesión que trasuntara la hondonada
De las esquinas que presagian mi muerte.
El perfil de tu vientre, trémulo,
conservado furibundo
Entre manantiales y verdes cruces que se hunden
Contra la acera blanca,
frente a antiguos portales mortuorios.
Allí susurraba escapando de aquellos días
De mi mano delineando otra mejilla.
En el ventanal, tus pómulos recortados por el cristal
Mueren acaso en la refractada luz
de un ocaso inmemorial.
El cordón sigue los parámetros del tiempo
Besa la profundidad de tu sien blonda
Escucha disimuladamente el murmullo
De tu mentón
Y alimenta el conjetural compás
de una melodía urbana.
La munida militancia de los escaparates
Choca hacia tu cara que exhala mi mirada
Y la devuelve a borbotones al oscuro reflejo
De la ventanilla.
Ese milagro admitirá un nombre
Tan infinitesimal y recurrente
Tan esquivo e impreciso,
Que procuro no cifrarlo
Para que el olvido lo exalte
Y dé paso a la casualidad.

No hay comentarios:

Nuestros visitantes

Estadisticas y contadores web gratis
Estadisticas Gratis