miércoles, 10 de diciembre de 2008

Estracto de una entrevista Jorge Luis Borges para la revista Gente del 15 de Diciembre de 1983


"La elección del 30 de Octubre es una decisión que ha tomado el pueblo argentino. La decisión de salir de la pesadilla, de volver a la cordura, de volver al buen sentido, de trabajar y al deseo de vivir en paz. Creo que Alfonsín tiene las mejores intenciones, pero le va a resultar muy difícil. Ciertamente no le envidio la presidencia, además no entiendo nada de política. Quizá sea un error suponer que los gobiernos pueden resolver todo, más ahora con una situación tan intrincada en este país. Ha sido destrozado, está en agonía. Resultará muy difícil reconstruirlo.Pero también hay que rescatar que ahora podemos tratar con un gobierno que va a condescender al diálogo. Tendremos un Congreso donde se va a discutir. En cambio venimos de siete años con personas autoritarias e inexplicables. Insensatos que no admitieron posibilidad de diálogo.


Creo que nuestro deber es este Gobierno y la democracia sean duraderos. Creo que antes no teníamos derecho a la esperanza. Ahora tenemos el deber de la esperanza. En cuanto a mí, hace un mes el derecho a la esperanza era imposible. Podía profesarla pero era una hipocresía. No creía en ella. Ahora podemos usar esa hermosa palabra: esperanza, con sinceridad o sea a lo que corresponde, a lo que sentimos. Antes significaba un acto de fe. Pero supongo que para que todo se arregle, tendremos que esperar unos años.Y las cosas no se pueden modificar de un día para el otro, la gente está pensando en términos de días o de meses. Eso es absurdo. Todo esto será muy lento.


El nuevo Gobierno no debe olvidarse del pasado
. Debe actuarse dentro de la ley. Que la justicia no sea impaciente. Recuerdo una frase de Almafuerte: "Sólo pide justicia, pero será mejor que no pidas nada". Es una frase un poco triste. Pero en este caso si no se hiciera justicia es una forma de complicidad. O un modo de congraciarse con los culpables. Creo que esa justicia tiene que ser pública. Lo que ha ocurrido aquí es realmente terrible. Cuando Hitler resolvió perseguir a los judíos, eso se hizo públicamente. Aquí todo se hizo clandestinamente. Creo que uno de los mayores defectos argentinos es la hipocresía: no importa que las cosas sucedan. Lo importante es que no se sepa.No creo que la gente haya votado a Alfonsín, pensando en Alfonsín. Se ha pensado más bien, en el buen sentido, en la cordura, no en una persona. Aunque esa persona haya sido una providencia.



Yo le agradezco a Alfonsín que exista, pero no creo que ese voto haya sido para él. Nadie pensó, al votar, en Alem ni en Yrigoyen. Se ha votado pensando en la salvación de la patria. Además, no creo que Alfonsín quiera que piensen en él personalmente. Aquí tenemos esa mala costumbre de los líderes.El mensaje que les dearía a todos los argentinos es que esperen, pero sin impaciencia. Es el único modo de conservarnos, sin desesperarnos. Que sean pacientes y fríos. Creo que todos sabemos que nos esperan años muy difíciles, pero hay una meta. Nada es imposible. Yo personalmente me siento muy feliz. Desde el 30 de octubre, siempre digo que ocurrió un milagro. Pero al mismo tiempo, sé que esa felicidad mía tiene que ser paciente.



N.A.: No puedo añadir mas. Anhelo si existe el paraíso o si la precaución de Atilio de Giovanni se cumple, recordarme junto a estas palabras y el hombre que las pronunció, mirandole a los ojos, compartiendo un café o recitando aquel pasaje de Walt Whitman "no tengo ni catedra, ni iglesia ni filosofía, no llevo a ningún hombre a la mesa tendida, a la biblioteca o a la bolsa. Pero a cada uno de vosotros hombre o mujer lo llevo a una cumbre"
Se que nos acompañaran el Dante, mi abuelo, Don Astor y las tantas mujers anónimas que nos han enseñado de revoluciones y fatigas.

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