viernes, 4 de julio de 2008

DESPUES DE LOS CIEN DIAS...

Son las diez y veinte de la mañana. Buenos Aires, despues del breve veranito de San Juan, no ha vuelto a ver el sol y la mañana se prolonga entre el vaho y el gris. La ventana desde mi cuarto trasluce la carretera que llega hasta la exquisita ciudad de La Plata, ornamentada por una columna de luces tenues y el rastro de los estertores cotidianos de los habitantes de esta ciudad. Estan de salida y migracion desde los suburbios hacia el centro.
Ignoro si en las proximas horas habra agitación y dudas y cacerolas exteriorizando la mezquina exaltación de Recoleta, Palermo o Nuñez. Espero que no.
Las oligarquías prosiguen firmes en America Latina; cuanto más se las niega más aumenta la impresión de que continuan allí, cincelando nuestras vidas y nuestro presente. El debate en las comisiones de Agricultura y Hacienda arroja, paradójicamente, luz y neblinosas contradicciones al respecto, como todo este marasmo.
He comprobado cabalmente que la mayor parte de esta contienda responde, a riesgo de paracer exagerado, a una pulsión profunda de la identidad argentina. Hay algunas cosas en juego; entre ellas la posibilidad de conocer inequívocamente los intereses y la ideología de los implicados, certeza que se nos ha negado de manera tan directa y explícita hasta ahora. La otra posibilidad es el planteo de un modelo de sociedad, de una dialéctica que nos habilite a conformar al final del camino una sociedad materialmente igualitaria y humana.
La segunda cuestión es dificil de concebir desde los partidarios del agro. Ayer Jorge Obeid gobernador de Santa Fé, disidente de la posición férrea del gobierno en relación a las retenciones móviles fue abucheado a la salida del recinto. La postura es clara: se hace lo que queremos o no estamos conformes. Aparecen, además, críticas hacia la burocracia y la corrupción estatal. Me hubiese gustado que estas mismas voces se hubieran alzado contra las expropiaciones de los años noventa, refulgor y apogeo del neoliberalismo, o en la lucha salarial de los sindicatos. Se habla de los medianos y pequeños productores y, a la par, de que las retenciones se cobran al momento del embarque de los productos pero nadie refiere la fijación de los precios, el traslado de las pérdidas (desde los mas grandes a los mas pequeños) y los sueldos de los trabajadores del campo y chacareros. Las disertaciones se dilatan y cada uno expresa alguna verdad ailada pero los opositores del gobierno asumen un papel peligroso, irresponsable en muchos casos y condescendiente con grupos de presión que nos han condenado, cruentamente, con dictaduras y demás manipulaciones, a ser únicamente un país productor de materias primas en favor de sus intereses, en detrimento del resto. Se critica el papel intervencionista del estado; segúramente para favorecer los excesos de los privados.
Una dialéctica implicaría que de un estado A pasemos a uno B, con las reminiscencias del estado anterior. Este proceso es el que se dirime en Argentina y en América Latina, con las simplificaciones del caso de esta entrada. Confiaría, luego, en la llegada a C pero resulta, entonces, imprescindible colaborar para que B sea posible, aunque este estado equivalga a una derrota aparente. Creo que los ruralistas, la oposicion y ciertos círculos de la sociedad Argentina pugnan por seguir en A. Lo que es indudable, es que una cierta irracionalidad se deduce de sus pareceres, enfáticos, y corregidos por los asesores de prensa del señor De Angeli y compáñía (que cambió del "vamos a enseñarles a legislar" por "hay que procurar defender las instituciones como el Congreso").
En fin... son jornadas de luchas. Indicios no nos faltan por toda America del Sur; no obstante el faro de las Madres nos enseña el camino.
Acá en el sur el alba aun aguarda en el horizonte invisible, entreverado con el mar y el firmamento o, tal vez, entre nosotros apenas silente, escurridizo...
Ignoro si en las próximas horas tras la provisoria ratificación de la medida de las retenciones móviles habrá cacerolazos. Espero que no.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece que esto no es sino una lucha de intereses entre dos facciones del capital. El trabajador de campo y el obrero estan fuera de esta disputa y solo atestiguan la infamia.

clau

Nuestros visitantes

Estadisticas y contadores web gratis
Estadisticas Gratis