lunes, 31 de enero de 2011

Omnipresente


¿Qué es lo que tanto irrita a propios y ajenos? Diversas cosas. Catálogo inútil el enumerar las motivaciones de la anomia entre mis pares, los opuestos y la contracara de aquellos. A mí en lo particular hay algo que me subleva. No desde ahora. Quizá desde siempre, pero hoy con incisos mucho mas prístinos a la hora de especificar tal desagrado. Todo se ancla en la certeza concomitante a la omnipresencia de los cánones culturales dominantes para juzgar el valor de los hechos sociales. De todos y de cada uno. De manera que cada circunstancia se halle atravesada por los patrones de sojuzgamiento habituales, procedentes de una concepción cultural que penetra cada uno de los puntos de la red en que circulan los poderes fácticos. Porque si ese poder-siguiendo a Foucault- se halla difuminado en un entramado infinito, bien puede cristalizarse en la convergencia de los componentes ideológicos del bloque hegemónico de las fuerzas sociales. Dicha congregación se registra hasta en el reflejo más pequeño de la conducta de todos nosotros.

El vigoroso embate de esa conciencia omnipresente es la hacedora de los prejuicios más estrafalarios que sostenemos con el rigor de un aficionado a los avatares lúdicos de lo social. Pero se encuentra allí con mayor o menor nivel de desafuero de acuerdo al mayor menor nivel de sospecha de su poseedor. Cabe decir que poder enunciar su estadía en determinados arrebatos equivaldría a mitigarla. No obstante este proceso no es ni total ni siquiera inequívoco. Por lo tanto convengamos que la reacción ante la evidencia de esos atisbos de ideas consensuadas y manufacturadas en otros lugares y por intereses inconfesables, no puede ser menos que la confirmación de ellas.

Noto en lo particular que así nos movemos. Con un espasmo respingoso ante las mas absurdas y aleladas diatribas cuya importancia debería ser menor de no ser porque la conformación del espacio cultural es terreno sembrado por la clase dominante abonado desde hace mucho por las corporaciones, en la proyección y molde de los ideales culturales y de consumo de la sociedad. Y contra ello no hay victorias, ni siquiera parciales, sino acciones de bloqueo. De otra manera no se podría entender la reacción de los bienpensantes y actuantes del oficio periodístico que consagran tertulias y noches eternas a debatir las supuestas contradicciones (o erratas) de una representante de los movimientos sociales como Milagro Sala. De allí, además, se desprende una forma de hacer periodismo hoy. Comportamiento del oficio que por otra parte no es caprichoso. Para nada. Claramente responde al albur de la convergencia de los prejuicios manufacturados por la conciencia dominante y dispersos en cada uno de los impulsos y sujetos sociales como señal irrefutable de la omnipresencia de esa lógica dominante en el campo cultural, político y social. Supone que existe un público ante la noticia redactada por Perfil y tributaria de su estilo ampuloso y bufonesco a más no poder, que interceptara la refutación o, mejor, despliega los arsenales de una batalla cultural en la que cada movimiento reclama del adversario el propio, develando desatinos en el discurso monolítico de las corporaciones mediáticas y de paso mellando la permanencia de ciertas paradojas que aun en el propio bando no se hallan resueltas o bien formuladas. Acciones de bloqueo entonces por debajo de las cuales se despliega el verdadero trabajo periodístico, de difusión, investigación, indagación y comparecencia de datos documentados.

La presencia de Milagro Sala en el Conrad sin este contexto sería un dato menor de la realidad. Una controversia que ni si quiera es tal, salvo en la mala leche de los comunicadores del grupo o Fontevecchia que con artificioso recurso plástico de cincel radicaliza las vertientes mas rastreras de la exclusión social y el prejuicio de clase, solicitando una respuesta conjunta del otro lado, en parte por la asociación de Milagro con el proyecto Nacional y Popular pero mas que nada por la rapacidad de la artimaña. Cabe preguntarse: ¿Cuál es el incontrastable punto a partir del cual es necesaria la réplica? Uno es conocido y ya la hemos formulado parcialmente: los medios hegemónicos (y la conciencia dominante omnipresente) organizan la agenda propia y ajena, aun la de sus contrincantes y aun con su resistencia ante la conciencia de este arbitrio (la substracción le es imposible). El segundo deviene de lo anterior y procede del temor ante la conjunción repentina de esos residuos, de los parámetros culturales que se hallan en todos nosotros y los en buena medida responsables de generar, aun en los partidarios del oficialismo, sus propias controversias o equívocos a al momento de defender su peculiar perspectiva. La presencia de Milagro en el Conrad puede ser abordada desde infinitas palancas para impulsar el alegato, sea justificatorio o no. Pero en última instancia carecen de sentido. Dilapidar el tiempo y sus preciosos intersticios de placer en discutir la pertinencia o no de su viaje a Punta del Este para ver un recital de Charly García, me hace recordar los debates de salón aristocrático junto a un canapé y los escones para acompañar el tecito de la tarde o un debate de gesellschaften entre caballeros cuya rutina pendula entre la abulia y sus épicas performances en los juegos de Internet. Se podría -y de hecho es necesario- poner en claro los conceptos de igualdad social y discriminar correctamente una satisfacción individual de un acción colectiva promovida por el estado, los sindicatos o ambos para promover la posibilidad de que la clase trabajadora visite o veranee en destinos impensados hasta hace unos años, que por su talante exclusivo son ponderados y abarrotados por la santísima legión de infradotados que se amontonan anualmente allí en época estival. De ello se evaluaría el valor de la comodidad personal en tal o cual ambiente de una dirigente social de la envergadura de Milagro, las razones espaciales y psicológicas de ese placer, su sentido de la oportunidad, sus verdaderas deslealtades o contrapuntos con el proyecto nacional. Todo lo demás es propio de la canalla.

No hay comentarios:

Nuestros visitantes

Estadisticas y contadores web gratis
Estadisticas Gratis