En una bonita canción de Joan Manuel Serrat, José pregunta a Juan como puede conformarse con un solo cielo si hay toda una América del otro lado del mar. Cada vez que veo este rostro recuerdo esa inquisición y rio para mis adentros, porque intuyo que la formula una voz conjetural y conocida. La historia es ya un sueño y para el soñador vale igual lo que ocurrió hace un instante y el hecho ya desvensijado por el tiempo transcurrido desde aquel nueve de octubre. Es insiginicante lo que separa a uno del otro y el estado mental o el sueño que aguardaba ese instante se traslada al presente con impunidad y desatino. Y eso constituye acaso nuestra mayor alegría. Rogamos nunca despertar.
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En una bonita canción de Joan Manuel Serrat, José pregunta a Juan como puede conformarse con un solo cielo si hay toda una América del otro lado del mar. Cada vez que veo este rostro recuerdo esa inquisición y rio para mis adentros, porque intuyo que la formula una voz conjetural y conocida. La historia es ya un sueño y para el soñador vale igual lo que ocurrió hace un instante y el hecho ya desvensijado por el tiempo transcurrido desde aquel nueve de octubre. Es insiginicante lo que separa a uno del otro y el estado mental o el sueño que aguardaba ese instante se traslada al presente con impunidad y desatino. Y eso constituye acaso nuestra mayor alegría.
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